🟢 Hello, my Alíen.

•06•

—¿Qué hacemos en tú sótano? No, espera, ¿Tenías un sótano?—corrigió.

Hace apenas unas horas las clases habían concluido. Y sin dirigir palabra alguna durante el transcurso, llegaron a la casa de Taehyung, quien los llevó hasta su sótano después de saludar a su madre, quien preparaba galletas en la cocina.

—¡Silencio!—soltó apagando las luces—Aquí el que hace las preguntas soy yo—dijo prendiendo una linterna para iluminar su rostro.

—¿Es necesario hacer todo esto Tae?—le contestó el rubio cubriendo sus ojos de tan cegadora luz y tratando de encontrar un lugar donde sentarse.

—¡Dije silencio!—repitió haciendo sobresaltar al extraterrestre—Quiero respuestas, ahora.

—Pero no has preguntado nada—reclamó el rubio fastidiado.

—¿De-

—¡Niños, vengan por galletas y chocolate!—se escuchó desde la estancia interrumpiendo al contrario.

—¡Ahora no mamá! ¡Estoy en una importante investigación alienígena—le respondió el castaño levantando la voz.

—Es maravilloso cariño, las dejaré en la mesa por si cambian de opinión—respondió como si nada.

—Yo si quería de sus galletas—susurró Park con el estómago vacío.

—¿De dónde vienes?—soltó el castaño iluminándolos a los dos con su linterna.

El chico de cabello rojo miró a Jimin preguntándole si era seguro contestar a sus preguntas con la mirada, ganándose así la aprobación del rubio.

—Un planeta llamado Alkaa'Z33—respondió con esa sonrisa que le caracterizaba.

—¿Tienes algún nombre alienígena?—mencionó encorvando una ceja.

—Hobi—contestó con tranquilidad.

—¿Sólo Hobi?

—Si, solamente Hobi.

—¿Por qué las gafas?

—Aún no se acostumbra a estar aquí—respondió está vez Jimin—El sol aún lastima mucho sus ojos.

—¿Cómo hablas nuestro idioma?—siguió con su encuesta, la cual él creía necesaria.

—Puedo hablar cualquier idioma en realidad.

—Es cómo un robot—le mencionó el más bajito satisfecho.

—¿Por qué estás aquí?—preguntó por fin prendiendo la luz del cuarto y actuando como normalmente lo hacía.

—Hace millones de años, mi padre Ató construyó nuestra civilización y la dividió en treinta y tres distritos—comenzó.

—¿Por qué treinta y tres? Pudieron haber sido treinta, o treinta y cuatro—soltó el castaño.

—Oye no lo sé, mi padre fue quien organizó todo con ayuda de las cajas madre.

—Pero...

—¡Maldición Tae!—espetó Jimin algo desesperado—¡El señor Ató quiso que fueran treinta y tres, no treinta, ni treinta y dos, treinta y tres! ¿Cuestionas la sabiduría de ese hombre?

—Lo lamentó—contestó el castaño—Pero todo esto es nuevo, no puedo creerlo todo así como así—suspiró sintiéndose estresado—Entonces, dijiste ¿Cajas madre?—cuestionó—Espera, ustedes nacen de unas cajas.

—Ahora se porque somos amigos—soltó el rubio divertido.

—No, solo, tengo que evitar que Rugan tenga a Eva, es todo—contestó el extraterrestre algo desesperado—Ya tiene las otras dos cajas.