¿Esta porquería de reunión se considera una fiesta? Genera más polémica una misa sin creyentes que esta mierda.
—Está pasable— Hoseok se había sumado, bueno, él me obligó a venir, así que obviamente aquí está— no es como las fiestas de los vampiros cuando nos reunimos, pero está bien.
Hoseok trajo a su esposa, ella, sin mentir, es la más agradable de las seis, se ríe más, no me causa tanto repelus encontrarmela en los pasillos cada mañana. Digna mujer del Dios vampírico de la alegría y prosperidad.
El asiento a mi lado se hunde y tengo que voltear lentamente para fijarme en quién es el o la imbécil que se me ha pegado cuál hormiga al azúcar, arrugo la nariz notando a Bogum de nuevo, viéndome como a un pedazo de carne recién asada.
—Si viniste.
—Tuve que— arruga el ceño— quiero decir; yuju.
—¡Oh!— exclama Hoseok, regreso mi vista a él— Tae, mira allí.
Miro.
—¿Qué cosa?
—La chica, soquete— señala a la pelinegra envuelta en prendas brillantes.
Ah.
—Ella es Yuna— suspira Bogum— alta, piernas lindas y largas, cabello negro natural— eso es tinte, se nota a kilómetros—rostro pequeño, labios bonitos, delgada, técnicamente es de las chicas más bonitas y sensuales que tiene la universidad.
—Es linda— lo acepto, porque no estoy ciego— pero tampoco es la gran- wow.
—¿Qué?— preguntó Hoseok— ¿Qué viste?
Detrás de Tuna o como se llame, camina una chica preciosa que se merece mi atención.
—¿Quién es ella?— pregunto.
Necesito saber quién es aquella obra maestra andante porque merece que me convierta en su collar de perlas.
—Ah, la mejor amiga de Yuna— Bogum se encoge de hombros— seguro vino solo por ella.
—Es bellísima— chasqueo la lengua— la quiero, dime su nombre.
Hoseok se espanta.
—¿Te gustó?—asiento— Pero es...
—Es fea— completa Bogum, casi estampo su rostro contra la mesa— es la verdad, algunas chicas solo tienen la función de ser la fea que acompaña a las bonitas y de esa manera hacerlas lucir más bellas en comparación, además, su nombre también es feo.
—Te estoy preguntando su nombre, no si te parece linda, cerebro de arbeja— le dije— dime su nombre.
—Katrina Jung.
—¿Cómo el huracán?
—¿Qué cosa?
Suspiré.
—Nada, déjalo así.
Me levanto, camino en línea recta hasta dónde la susodicha se encuentra, pero he captado la atención de Yuna, quién sonríe de oreja a oreja en mi dirección, le brillan los ojos y casi parece que va a estallar de la emoción pues escucho los latidos erráticos de su corazón hasta aquí, se coloca el cabello detrás de las orejas y pestañea unas cuantas veces. Llego frente a ella.
—Permiso.— y la hago a un lado con delicadeza porque tampoco soy un bruto, sonrío a la chica huracán— Hola, Katrina.
Ella parece muy confundida y cómo que no se lo cree, le doy un minuto para que lo procese y cuando parece que va a devolverme el saludo, un idiota se mete en medio.
—Mi hermana está detrás tuyo— se refiere a Yuna— fue ella quién te invitó.
Oh, claro. Me volteo hacia Yuna.
—Gracias por la invitación— me vuelvo hacia Katrina, pero el chico sigue estorbando, así que aplico un poco más de fuerza para apartarlo de mi jodido camino— ¿Podrías darme un segundo para hablar? Aquí es un poco imposible.
Ella mira a su amiga y luego a mi, sé que está pidiendo autorización, cosa que me parece muy estúpida porque no entiendo porque debe pedirle permiso para hablar conmigo, el caso es que acepta y la sigo hasta la que parece ser la parte trasera de la casa.
Es que es bella, tiene el cabello coloreado en tonos cobre, ojos pequeñitos y piel pálida con algunas rojeces en sus mejillas. Y sus orejitas se notan mucho apenas se aparta el cabello del rostro.
Me muero.
Me enseña la pantalla de su teléfono y suspira hondo.
—Ese es el número de Yuna.
—¿Y yo para qué quiero esa mierda?
Abre y cierra la boca.
—Eres el chico de Yuna, así que...
—¿Colecciona hombres?
—N-No pero-
—¿Tienes novio, Katrina?— negó— ¿Y no quieres uno?
—¡No!— tomo su teléfono— ¿Qué haces?
Marco desde su teléfono al mío, resoplo después.
—No puedes ir por el mundo sin saldo en el teléfono— busco su número y lo agendo en el mío, le marco y hago lo mismo, me guardo en sus contactos— ¿Qué carrera estudias?
—Administración...
Hago una mueca, me queda como a dos edificios de la mía.
—Te enviaré un mensaje más tarde.
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