No soy ningún tipo de acosador, ella misma me dijo dónde vivía, bueno, casi que la engañé mediante bromas para que me lo dijera, pero lo hizo, al fin y al cabo.
La vi asomarse por una de las ventanas, sacudí la mano a manera de saludo y como si estuviese muy emocionada de verme, tardó segundos en bajar a la puerta, se veía cansada, traía la pijama aún puesta, el cabello recogido en dos coletas desordenadas y sus ojitos preciosos abiertos a tope.
Es divina, me la como.
—Hola.
—H-Hola— se aclaró la garganta— ¿Qué haces aquí?
—Te dije que vendría, tenemos número de piano— señalo adentro—¿Puedo pasar? Vivo a tres horas de aquí así que...
—Claro, claro— se hizo a un lado— pasa.
Necesito aprovechar esta oportunidad para enterarme de tanto como pueda acerca de ella, su familia, lo que sea.
Es una casa pequeña, tiene todo el ambiente acogedor para una o dos personas, veo fotografías, algunas estatuillas que a primera vista se ven de importancia y me pican los dedos por tocar todo.
—¿Vives sola, corazón?— pregunto, sus mejillas se colorean y me sigue el paso como perrito faldero, asiente— Oh, creí que vivías con tus padres.
—Ah, no, hace un año vivo sola.
—Mmm ¿Hija única?
—Tengo dos hermanos...
Empieza a mirarme rápido por tanta pregunta extraña, así que señalo una de las fotografías enmarcadas sobre el buró.
—Lo supuse por esos dos chicos. Se nota que los quieres mucho, debe ser difícil vivir sola.
—¿Quieres algo de beber?
Sonrío.
—Agua helada está bien.
Apenas se va, mis manos se pasean por el espaldar del sofá e inmediatamente me azota una corriente inquietante junto a un recuerdo en específico de tantos. Puedo ver la historia en los objetos, dependiendo de su dueño, claro.
Yuna está sentada en el sofá y está riéndose de algo que uno de los hermanos de Katrina ha dicho.
—Se lo he dicho muchas veces, pero no me hace caso— comenta ella— no la puedo convencer.
—Deberías escuchar a Yuna de vez en cuando, unos meses de gimnasio no te caerían mal.
Resoplé, entonces los hermanos también eran una porquería andante ¿Por qué Katrina se rodea de tanta gente horrible?
—Aquí tienes— regresa, sonrío— no creí que vendrías, pensé que haríamos el número en la universidad.
—Dijiste que tienes un piano y en la universidad nunca estoy libre— y no puedo llevarte a mi casa, no por ahora— hoy tengo toda la tarde sin compromisos, así que, heme aquí.
—Supongo que puedo hacer una pausa en mis trabajos para ensayar— susurró, otra cosa que noté es que habla muy bajo, debo agudizar el oído para escucharla— pero, uh, ¿no te molesta esperar un par de minutos? solo necesito terminar un ejercicio de administración.
—¿Y eso?— la veo sentarse, abrir sus cuadernos que están regados por todo el lugar incluído el suelo—¿Por qué tienes tanto trabajo acumulado? Dime si te molesta que hable mientras estás en eso.
—No me molesta.— escribe a la velocidad de la luz— Estuve ausente el año pasado y... necesito ponerme al día con la carrera.
—Mmm ¿Tú cabello es de ese color naturalmente o lo pintas?
Me observa.
—Lo...lo pinto ¿Se ve mal?— lleva ambas manos a su cabeza—Solji dijo que me quedaba este color y-
—Te ves preciosa, por eso pregunté— sonreí— ¿Quién es Solji?
Vuelve a bajar la mirada, sus mejillas encendidas.
—Mi mejor amiga.
—Crei que Tina era tú mejor amiga.
—Yuna.
—Eso dije.
—Las tres somos mejores amigas—comenta— supongo que no conoces a Solji.
—No tengo ni idea.
—Regresará pronto— suspira, un atisbo de sonrisa en su boca— está de viaje con su familia.
Espero que esta Solji no sea una mierda.
—Dame acá, te ayudo— tomo su cuaderno y señalo lo demás— soy excelente en cálculo y lo estás haciendo mal, ocúpate de lo demás.
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