Hoseok se suelta a reír mientras Katrina me reprende por andar de chistoso, Namjoon ya me explicó que ella irremediablemente los ama y a eso sumándole su condición como Diosa vampírica del amor, en su ser no hay espacio para el odio o los traumas.
El de los traumas soy yo, al parecer.
Bebé número dos está muy enamorado de mi, me da conversaciones largas en dónde solo habla él y yo le doy la razón puesto que no entiendo nada de lo que balbucea, pero seguramente es muy profundo lo que dice.
Bebé número uno vive pegado a Katrina como una garrapata y solo se escucha algún balbuceo suyo cuando tiene hambre, ese come, caga y duerme, nada más.
Los chicos están hablando con sus respectivas esposas— menos Namjoon que aún disfruta su vida de divorciado— y les piden que empaques para que al llegar, sea solo irnos.
—Gyuna, te encargo a mi preciada Lulú.
—No, gracias. Yo me encargo de Loki y Thor, si quieres de Yeontan y Kao. Pero al resto no los toco ni loca.
—Yo me encargo de Lulú, de Boris, Roxy y Foxy— Hoseok por fin suelta a su mujer y esta se ofrece a traer mis animalitos— entre las dos podemos con los peces.
—Gracias— bebé dos trepa todo mi torso, tiene una obsesión por golpearme— ya saqué las peceras pequeñas para transportarlos, no coloquen más de cuatro en la misma pecera, por favor y- puaj, bebé, quieto— me ha metido a la boca su mano llena de babas— y a Boris ponle correa, Lulú tiene su hábitat con rueditas, ella se duerme ahí y se deja llevar.
Sigo sin tener muchos conocimientos sobre ser padre, ayer en la noche, mientras cuidaba a ambos bebés y estos me hablaban el cabello, busqué en internet sobre cómo ser padre.
No encontré un carajo, solo me deprimí viendo a padres hartos de sus hijos llorones.
—Quiero cargarlo— pucherea Jimin.
—Ja, intenta agarrarlo y mira que pasa.
La curiosidad le gana y me quita a bebé número dos, pasan tres segundos en los que me ve lejos de él y comienza el caos.
Llora, grita, gruñe, patalea y se remueve golpeando a Jimin en el rostro para que lo suelte, me lo regresa espantado y el llanto cesa.
—¿Qué carajos?
—Está enamorado de mí, te lo advertí. Intenta quitarle a Katrina a bebé uno y verás como te va.
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—¿Puedo cargarlo?
Sonrío a mi tío.
—Claro, inténtalo.
Y se lleva una patada en el rostro.
Usualmente no dejaría que Katrina y mis nuevas miniaturas vinieran con nosotros, pero esto ya se tornó muy turbio y de carácter urgente, necesitamos saber qué demonios sucedió y porque no fuimos avisados al respecto.
Así que aquí estamos, entrando en boca del lobo para recibir nuestras nuevas indicaciones, enterarnos de quién será nuestro nuevo tutor— que enviamos la solicitud de que fuese nuestro tío— e informarnos acerca de la función de estos dos Dioses vampíricos que llegaron de sorpresa y casi nos petrifican del susto.
—Escúchame, bebé dos— le hablo— vas a quedarte muy calladito, vamos a jugar a qué eres una piedra y las piedras no hacen nada ¿entendido?
—Joder, que no puedo con tus ocurrencias, en serio— Seokjin se queja y Hoseok se ríe.
—Cállate, tú no tienes hijos, no hables.
Llegamos a una especie de salón, muy gigantesco, Katrina sostiene mi mano y le da un apretón, volteo a verla y no luce para nada asustada.
Solo se ve igual de hermosa y sexy, ese pantalón le resalta el trasero, me dan ganas de morderselo.
En fin, concentración.
Pasan algunos minutos en los que permanecemos en silencio simplemente esperando hasta que al fin una puerta se abre y las risas de dos hombres hacen eco en el lugar, notan nuestra presencia e inmediatamente se acercan.
—Nunca tuvimos tantos Dioses vampíricos principales reunidos aquí— comienza uno de ellos— cuánto tiempo, Dios de la muerte.
—Cuanto tiempo.
—Espero que no sigas resentido con nosotros por no darte hijos.
Auch, ese es un tema delicado para mí tío, sin embargo, niega sonriendo.
—No me dieron hijos, pero si me dieron siete sobrinos, está bien de esa manera.
—Mm ¿Y tú esposa?
—Perfectamente, como siempre.
El segundo posa su vista en mí y en Katrina, sonríe y aplaude.
—Felicitaciones.
—Creo que están de más esas felicitaciones— hablo— teniendo en cuenta que no fuimos avisados de este suceso.
Ellos parpadean y se observan entre ellos.
—Creí que tú enviarías el comunicado.
—No, te tocaba a ti.
No puede ser, me cago en sus existencias.
—Bueno, una falla de nuestra parte— se ríen— nadie es perfecto, ni siquiera nosotros.
—Pero ya han nacido y esperamos su pronto crecimiento para comenzar.
Cierro los ojos, les importó un carajo.
—¿Qué se supone que hace cada uno y porqué son dos?
Resoplan ambos y nos miran como si fuese muy obvio.
—Son variaciones de lujuria y amor, específicamente los dos tipos de amor más comunes— señala a bebé uno— él es Eros— luego a bebé dos— y el Ágape.
Me estás jodiendo.
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