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—Okay, ya me puse el primero— la escucho hablarme— no es tan ajustado como pensé.

—¡Yo veo!

Abre la puerta, me encuentro ansioso, casi que tiemblo porque si usando ropa tres veces más grande que ella, se ve bonita, no quiero imaginar cómo será con algo de su talla.

Sale y a mí se me cae la mandíbula al suelo.

—A mi no me convence...

—Yo estoy muy convencido.

—Viene con un cinturón, pero creo que sí lo uso se me verían algunos... gorditos— se encoge de hombros— lo usaré, tú no me juzgarás.

Se me derrite todo y ahora estoy sentimental. La hago acercarse más y yo mismo me encargo de colocarle el cinturón para que se dé cuenta de la diferencia que hace.

—Me alegra que confíes tanto en mi como para decir eso— le digo— y es cierto, jamás te juzgaría, si para mi eres el ser humano más precioso que he visto.

Sonríe, sus ojitos pequeñitos se cierran un poco.

—No sé cómo puedes decir ese tipo de cosas tan a la ligera— termino, tomo sus manos y las levanto para observarla, es un suéter muy lindo color crema y una falda rosa pastel— ¿Qué tal?

—Muy linda, apenas es el primero y ya me encanta.

—¿De verdad me veo bonita?

—Hermosa.

Se muerde el pulgar y termina asintiendo enérgicamente.

—Bien, me lo quedo— decide— y probaré el resto.

Levanto las manos al techo en señal de victoria, se burla de mí y me llama exagerado mientras yo le paso más y más ropa— primero las que más me gustaron a mi, por supuesto— y le agradezco a Solji por esto.

Absolutamente todo le queda precioso, sonrió mucho y se animó bastante, sentí que triunfé en la vida pues le di algo de seguridad.

—¡Ponte el rosita porque te llevaré a cenar!

Después de haber cenado y no poder creer que la convencí a la primera para que lo hiciera, resultamos caminando por una de las calles más concurridas del sector central, habían demasiados locales de todo tipo y creo que Katrina ya no me soporta más

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Después de haber cenado y no poder creer que la convencí a la primera para que lo hiciera, resultamos caminando por una de las calles más concurridas del sector central, habían demasiados locales de todo tipo y creo que Katrina ya no me soporta más.

—Mira que lindo—señalo cada puesto de artesanía— ¿Cómo es que nunca he venido a este lugar? Déjame comprarte algo- no puede ser.

Es el séptimo estudio de tatuajes que no encontramos, la observo. Niega muchas veces.

—No, jamás, no.

—Dijimos que haríamos alguna locura hoy— le recuerdo— ¡Hoy podemos enloquecer! Siempre he querido un tatuaje.

—¿Y por qué no tienes uno?

—Meh, una estupidez sobre que nuestros cuerpos son templos divinos que no deben ser toqueteados y no sé qué más—me encojo de hombros— pero dos de mis hermanos tienen tatuajes y nadie les dice nada— vuelvo a desviar la vista, topándome con otra cosa— quiero entrar allí, vamos, vamos.

Y así la molesté con mis tonterías como hasta las nueve de la noche dónde luego de haber gastado dinero en ropa de pareja y posterior a eso tomar fotografías de ambos usándola—ignorando el hecho de que no éramos una— le rogué que se quedara conmigo hasta mañana.

La convencí luego de media hora.

La llevé a su casa, empacó lo necesario, algunas cosas de la universidad pues también le prometí que iríamos juntos ya que también tengo clases, que día más perfecto.

—Solji irá a la universidad mañana, solo le falta un semestre de su carrera, así que lo hará allí.

—¿Qué es lo que estudia?

—Ella es historiadora.

—Qué genial.

Honestamente lo era, cada vez me convencía más, me enteraba de algún dato suyo y mis ganas estrategas se hacían presentes.

—¿Solji está soltera?

—Mm, creo que sí, la verdad nunca le he conocido una pareja— me detengo en el semáforo, siento su mirada taladrarme el perfil— ¿Qué andas planeando?

Me río.

—Algo bueno, pero no tanto, ya verás.

—¿Cosas de Dioses?

—Cosas de Dioses, aprendes rápido, por eso me encantas tanto.

—¡Tae!

—Lo juro, es que te beso la existencia completa. Ya ámame.

Ríe.

—Eres imposible.

—Eres imposible

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GOD OF LUST; kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora