GOD OF LUST; kth

06

Levanté la mirada y negué.

—Lulú, quieta.

Mamá gritó y corrió a esconderse detrás de papá, me tragué las ganas de reír y dejé que la mencionada se deslizara y enroscara su cuerpo en mi torso, Hoseok llegó a la sala e igualmente gritó.

Lulú es una serpiente pitón burmese, amarilla y gigantesca que pasa desapercibida muy fácil a pesar de su tamaño.

—¿Por qué sacas a tus mascotas de sus habitaciones?— pregunta.

—No la saqué, ella salió— la miré— seguro me extrañaba o necesitaba aire.

—Tiene aire en su habitación.

—Un aire distinto, pues— blanqueé la mirada— relájate, ella no es agresiva, solo es juguetona.

Aunque eso es mentira, si no la detengo, muerde a mamá sin reparo alguno y aunque está el plus de que no moriría por ello, si duele.

Me levanté, mi teléfono había comenzado a sonar y conociendo lo metiches que son, lo mejor es salir y conversar fuera de la casa.

Aunque con una serpiente enredada al cuerpo la tarea era difícil.

—¿Hola?

—Hola, Tae. Es Yuna.

Alejé el teléfono para ver el número en pantalla, yo si decía que Katrina no me llamaría nunca y la tipa esta está intentando hablar conmigo desde su teléfono.

Me ilusionó.

—¿Qué necesitas?

—Solo me quería asegurar de que Katrina me había dado tu número correctamente y-

—No me llames, bórralo.

—¿Por qué no? Finalmente podríamos charlar lo que no pudimos en la fiesta, conocernos y todo eso— ríe, termino cansandome y me siento en el suelo, Lulú pesa mucho— podemos salir al cine, ser amigos.

—Ya tengo muchos amigos. Escucha, Tuna, me parece que no he sido muy claro, mmm— acaricio la piel de Lulú— no sé si nunca has escuchado la palabra no en tu vida, pero la repetiré de la manera más amable y concisa posible.

—Tae, escucha-

—No me gustas. Eres muy guapa y todo eso, pero no eres mi tipo, no quiero salir contigo y no quiero ser tú amigo, tampoco pareja, mucho menos el tipo con el que follas— por si acaso— lo repito, no es que no seas guapa, pero la atracción que tienes hacia mi no es correspondida.

Entiendo que todos sienten deseo hacia mi debido a lo condición como Dios vampírico de la lujuria, pero esta chica es mucho más intensa e insistente que el resto, a los demás les basta con escuchar una negación y dejan de hincharme los cojones en menos de dos minutos.

Ella como que no comprende el significado de la palabra no.

—Okay, Tae, escucha, tú si me gustas, desde hace un tiempo.

—Tú no me gustas.

—Y creo qué funcionariamos muy bien si me dieras una oportunidad de demostrartelo.

—Literalmente no me produces ni un mal pensamiento.

—¿Por qué no intentar una cita? Mañana a las seis en un restaurante que hay por el centro de la ciudad, es bastante bueno.

—¿Eres estúpida? Qué no quiero, mierda.

—Solo una cita y veremos qué tal sale todo, te espero a las seis, no lo olvides.

Tomo aire.

—Estoy diciéndote que no me-

Me colgó.

Bloqueé el número de la intensa y sentí la paz regresar a mi cuerpo cuando mi teléfono dejó de sonar, retomé mis trabajos.

Volvió a sonar y contesté ya harto.

—¡Que no quiero!

—¡Dejaste a Yuna plantada!

Ah, Katrina.

—Hola, cielo— recupero los estribos— no sabía que eras tú, lo siento, no quise gritarte.

—Acaba de llamarme llorando porque ya pasó una hora y tú no te presentaste en su cita.

—Que llore un rio si quiere, le dije que no quería ir y ella se puso de insistente.

Se queda en silencio un momento.

—Ella... ella dijo que tú habías aceptado.

—Pues no lo hice y estoy muy decepcionado de ti ¿Cómo se te ocurre darle mi número a la lunática? Qué enorme traición a mi persona, cariño.

—Porqué tú le gustas a ella...

—A mí me gustas tú.

—Ya, deja las bromas de lado ¿quieres?

La tarea podía esperar.

—¿Dónde estás?

—En mi casa.

—¿Y qué haces?

—Tarea ¿Por qué?

Son las siete y veinte.

—Espérame.