Después de mucho rato en silencio, Taehyung decide girarse a verme y me pide que lo deje besarme.
—No tienes que pedirme permiso para hacer eso.
—Lo sé, solo me gusta hacerlo. Déjame tocarte ¿puedo?— asiento, aunque sigue poniéndome nerviosa cuando lo hace— Sabes que... cuando nosotros desposamos a alguien, nuestras esposas tienen derecho a pedir un deseo, uno que es nuestra obligación cumplirlo.
Eso me sorprende.
—¿De verdad?
—Ujum, entonces— besa mi frente, mi nariz— quisiera pedirte que escogieras bien tú deseo.
Lo pienso. No hay muchas cosas que desee, tampoco existe algo que necesite o tal vez...
—Quiero olvidar.
Entrecierra ambos ojos, me observa.
—¿Qué quieres olvidar?
—Todo lo malo. Los comentarios, las agresiones, todo lo que me hizo sentir... miserable. Incluidas las personas.
—¿Realmente ese es tu deseo? Puedes... puedes pedirme que me encargue de todos aquellos-
—Eso no me serviría para sanar, Tae— sonrío— sé que quieres encargarte de vengar lo que me hicieron, pero no serviría, porque lo recordaré para siempre y solo me amargará.
No soy tonta, sé que Tae ha estado buscando y buscando pistas desde que le enseñé lo que sucedió con Hansung, también sé que lo que más quiere es dañar y hacer sufrir a estas personas y que le frustra no poder hacerlo porque para los Dioses está prohibido atentar contra la vida humana para su beneficio, pero yo no quiero eso, no cambiaría nada.
Creo que merezco ser feliz junto a Tae, él es el único que podría quererme sinceramente, el único y el primero, porque nadie más en mi vida ha sido tan insistente y honesto respecto a sus sentir por mi.
—Entonces eso quieres...
—Si pudiera, también haría que lo olvidaras. Fue un error contártelo, aunque tenía que hacerlo para que supieras con quién estabas involucrándote en caso de que te arrepintieras después.
—¿Por qué me arrepentiría?
Respiro profundo.
—Porque estoy sucia, Tae. Me siento sucia.— dejé de mirarlo, el techo era más interesante— Nunca sentí curiosidad por el sexo, para mí no era relevante porque no conocía a nadie que despertara las hormonas en mi o algo así, aunque si me gustaba Hansung, pero solo porque era el único chico que conocía, sin embargo, yo sabía que algo entre él y yo era imposible, porque a él le gustaban las mujeres lindas, despampanantes y pues yo... no lo era, no me veía como a él le gustaban las chicas, no soy alta, tampoco estoy tan delgada como quisiera y no soy atlética, así que solo se quedó en un gusto.
—Se supone que te tienes que gustar a ti misma, no al resto.
—Lo sé. Ahora lo sé pero, antes no era así, escuchaba a todos los chicos decir que muchas chicas les parecían sensuales, bellas y yo me preguntaba si realmente me veía tan mal como para no despertar ese deseo, esa admiración en los hombres,— tragué— me dolía. Por eso, cuando estaba sucediendo lo de Hansung y después de decirle que no quería muchas veces, hubo un instante en el que me quedé callada y pensé en ceder ¿sabes por qué?— niega— Porque le dí la razón, pensé en que nadie iba a desearme nunca y que esa sería mi única oportunidad de saber lo que era ser tocada y besada por un hombre. Así que no protesté más, me dejé hacer.
Aún tengo miedo... muchos pensarían que soy una tonta por no haber dicho nada, pero creo que esos muchos no tendrían el derecho a opinar porque no saben cómo me hizo sentir y las consecuencias que traería si abriera la boca.
—Por eso prefieres olvidar, no quieres que duela mucho más.
—Cuando tú me tocas o simplemente estás cerca... se siente bien, no me siento forzada, siento muchas cosas buenas, nuevas— por un instante creí ver un brillo en sus ojos— y quiero seguir adelante con estás sensaciones, no con aquellas.
Asiente lentamente, su mano derecha sube por mi estómago y se queda tocando la zona del medio de mis senos, de nuevo mis mejillas se sienten calientes.
—¿Qué sientes cuando te toco?
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
