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KATRINA

—Iremos lento y con calma, mi amor— cerró los ojos— ven más hacia aquí.

—¿Me siento en tu abdomen?

—No, siéntate en mi cara, básicamente.

Me reí, pero él no lo hizo.

—Oh, hablas en serio.

—Muy en serio, no puedo solo meterla en seco, te lastimaré— no sabía— tú ponte aquí, puedes sostenerte de la cama, es resistente, creo.

Decidí que no preguntaría más y solo me dejaría guiar, así que con la vergüenza carcomiendo mi interior, me acerqué y cuando ví su rostro entre mis muslos y su sonrisa, tuve que apartar la mirada, era mucho que digerir.

Desató los lazos de mi ropa interior y la apartó con facilidad.

—Puedes asfixiarme con las piernas si quieres— comentó, le miré con los ojos entrecerrados— vale, hora del postre.

No entendí que quiso decir, lo hice cuando enredó las manos en mis piernas y comenzó a lamer ahí, di un pequeño brinco por la sorpresa y gruñó, tuve que sostenerme del espaldar de la cama como me advirtió antes que hiciera.

La temperatura de mi cuerpo se elevó como espuma, sentía mi piel arder y tuve que tirar mi cabello hacia atrás cuando empecé a sudar y este se me pegaba a la frente, en algún punto el pudor se fue y lo observé, sus ojos fijos en los mi, en mis expresiones, cuando empezó a mover la lengua con más rapidez y a chupar con desespero, inconsciente moví mis caderas, queriendo más fricción, más, más.

Nunca tuve una sensación parecida, me gusta.

Apretó mis piernas y yo las cerré un poco, toqué sus mejillas con la cara interna de mis muslos y mi diestra se cerró tomando un puñado de su cabello, soltó un jadeó profundo decidiendo agilizar sus movimientos, me dolían los labios de tanto morderlos y las intenciones de Taehyung eran obvias, quería hacerme llegar rápido y lo logró, mi cuerpo no tardó en ceder al placer, chillé insatisfecha porque mi cuerpo lo pedía a él completo.

Tomó mi cintura y me apartó hasta regresarme a su regazo, se deshizo de la toalla que cubría las partes importantes y antes de que pudiese decir algo, me besó con ansias, los chasquidos que producía el desesperado beso se escuchaban nitidamente en toda la habitación, jadeó contra mi boca y me uní a ese sonido, rodeé su cuello con mis brazos y volví a saltar cuando rozamos, me sentí pegajosa, húmeda.

—Voy a dejarte esto puesto, por esta ocasión, no haremos nada extravagante— se refiere al sostén—¿Lista?

—Si, solo... ya, duele.

—¿Mucho?— asiento— La excitación duele, amor. Levanta...— me coloqué de rodillas— dolerá otro poco, pero solo mientras te acostumbras.

Volvió a cerrar los ojos y así los mantuvo, la punta de su nariz estaba roja y tocaba la mía, comencé a sentarme, poco a poco me estiraba a tal punto en el que si sentí algo de dolor.

El cuello y las orejas de Taehyung se unieron al mismo tono de rojo en su nariz, mordió su labio inferior y maldijo unas cuantas veces antes de abrir los ojos.

—Tae...

—¿Mm?

Humedecí mis labios.

—¿No vas a...?

—¿Follarte hasta el cansancio? En la próxima, hoy iremos lento.

Me moví cuando dejó de ser incómodo, lento, hacia adelante y atrás, sus manos en mis caderas, pero me dejaba marcar el ritmo.

—Eso... eso no...— aceleré, mi respiración también— convertirme.

Escondió el rostro en mi cuello, solté un grito agudo, cuando me levantó sin salir por completo de mí, volviendome a sentar de golpe. Repetí aquello por mi misma.

—¿Tú quieres?— jadeamos al unísono— Eso es... móntame así.

—Quiero— comenzaba a desesperarme— hazlo.

—Tienes que estar... segura. Es permanente, lo sabes.— besó mi hombro y me sorprendí a mi misma cuando empecé a saltar sobre él, quería verlo y escucharlo llegar—Si, joder, si. Así.

—Estoy segura— ya estaba cansandome, que horrible condición física tengo— Taehyung.

—Sigue— me pellizca, aprieta, su voz se hace más gruesa y golpea contra mi oído—r-rápido, amor.

Nota mi cansancio, nos gira a ambos y su rostro está en todo mi campo de visión, no puedo apreciarlo tanto como quisiera pues la brusquedad regresa con sus embestidas profundas, mis manos están inquietas por tocarlo pero las toma, besa el anillo en la izquierda y me pide que incline la cabeza, lo hago, el ritmo aumenta y estoy gritando su nombre, sintiéndome muy suya y a él muy mío.

Mi vista está algo borrosa pero alcanzo a ver las cicatrices aparecer en su rostro, sus ojos cambian y su respiración es peor que la mía, no logro ver sus colmillos pero si que siento estos perforar la piel tierna de mi cuello y grito con más fuerza, aferrándome a su cuerpo, mis piernas rodean su cintura y una descarga placentera vuelve a recorrerme entera, gruñe y me sigue después, se corre en mí y lo escucho tragar.

Pierdo toda fuerza, cierro los ojos.

Akista su cochinada, espero les guste:

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Akista su cochinada, espero les guste:

GOD OF LUST; kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora