Capítulo XXVI

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Uraraka debía de estar exhausta, durmió de corrido y ningún ruido la despertó por muy fuerte que fuera, en ese transcurso Iida aprovechó el breve descansó entre clases para poder venir a ver a Uraraka y dejar tanto sus mochilas como las cajitas de leche y el pan que en algún punto había dejado tirado Bakugou, le explicó que había querido venir desde el momento que pasó el accidente pero los profesores no les permitieron salir, Iida se inclinó frente a Bakugou agradeciendo el que la haya ayudado y se disculpó en nombre de toda la clase, lamentando las acciones infantiles que orillaron a este fatidico incidente y se marchó, no sin antes prometer que regresaría a final de las clases.

Como había prometido Iida regresó después de clases pero no fue solo él, la mayoría de su salón, entre ellos Deku, intentaron entrar a la enfermería pero estaba tan concurrida con los pacientes en recuperación que trajo Recovery Girl  que fue negada la entrada a todos, los amigos de Uraraka siguieron persistentes pero la anciana también lo fue, les dijo qué lo que más necesitaba Uraraka en ese momento era descansar y que las visitas podrían ser contraproducentes, Iida intentó convencer a Bakugou de relevarlo de cuidar a Uraraka pero él se negó, sentía que ella debía de decidir cómo afrontar a sus amigos, cómo él también tenía que pensarlo, pero por mucho que se esforzará no se le ocurría nada, estaba tan cansado mentalmente, que la idea de tratar con su squad -o cualquier extra- era una agonía, simplemente quería acostarse en una de las camas libres a lado de Uraraka y descansar pero como responsable de ella no podía darse ese lujo, solo podía verla dormir, envidiando la calma que mostraba sus facciones y deseando que no despertará pronto porque temía que volviera a llorar hasta cansarse.

...

Para el ocaso, Uraraka ya había despertado de su prolongado sueño, por un momento ella había olvidado dónde se encontraba y entró en pánico, pero vió a Bakugou durmiendo en un taburete frente a su cama y los recuerdos de lo que pasó en el receso la abordaron y con ellos su corazón se hundió en la realidad.

Ella intentó concentrarse en cualquier cosa, cualquier objeto que la ayudará a superarlo y se concentró en Bakugou.
Él estaba a los pies de su cama, en un taburete, cabeceando, luchando con el sueño y visiblemente perdiendo contra el,  era una escena adorable e irrepetible pero por más divertido que fuera no podía expresarlo en su cara, hasta mover los músculos faciales era agotador en ese punto.

...

-Te despertaste. -dijo Bakugou desorientado y frotándose los ojos para eliminar todo rastro de sueño en ellos, pudo observar a Uraraka de pie, acomodando las cosas de su mochila.

-Sí. -musitó Uraraka con voz ronca. No importaba cuántas horas de descanso tuvo, no fueron suficiente para aliviar la ásperesa de su gárganta después de romper en llanto.

Bakugou se dió cuenta que debió de quedarse dormido un buen rato, ya que Uraraka no solo estaba despierta y de pie sino que también había aprovechado para cambiarse la camisa manchada de sangre. Bakugou quería decirle muchas cosas, quería retomar la conversación anterior, quería convencerla para mutilar o dañar de gravedad a Deku, pero Uraraka se mostraba sin fuerza como para manejar una simple conversación, suspiró y tomó una ibuprofeno de la estantería y se la entrego a ella, la anciana al venir a revisarla hace un rato le dió permiso de tomar unas, ya que dolor de cabeza y garganta era efectos secundarios seguros, Uraraka agradeció en silencio y tomo la pastilla con rapidez, después de ese breve intercambio se quedaron envueltos en un pesado silencio que Bakugou utilizó para tomar su mochila y chaqueta apoyados en el escritorio y se preparó para marchar.

En cambio Uraraka rompió ese silencio para preguntar:
-¿Soy patética, verdad? -dijo sin dirigirse a nadie en específico y con la voz rompiendose nuevamente.

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