Capítulo XVII

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El tiempo que pasó con Camie en el centro comercial fue agradable, como ella ya había comprado cosas antes de verse con Katsuki no tuvieron que detenerse en cientos de tiendas como esperaría con Mina, sólo fueron a un par de tiendas para comprar cosas que él necesitaba o tiendas que Camie quería que él conocíera.

Tenía sus dudas pero al llegar al subterráneo pudo confirmarlo, el aroma de alpha molesto se había disipado, al menos lo suficiente para que los extras no huyeran de él, no sabía si estaba feliz al respecto, es el subterráneo después de todo, nadie es feliz viajando como sardinas, pero no quería seguir pensando en ello o se enojaría y lo que él menos quería era perder su olor neutro, que consistía un 60% en la nitroglicerina que sudaba, 15% de su desodorante de menta, el otro 10% era de un perfume con olor a canela que Camie le puso, 5% camelias, el aroma de Camie, que se pegó a él debido a su cercanía y por último pero no menos importante,10% de su propio aroma. Cualquier alpha normal, odiaria el hecho de que el olor de su quirk destacará más que su aroma propio de alpha y siempre estarían desprendiendolo para contrarrestar el de su quirk, como si estuvieran en un jodido celo constante. Era algo que Bakugou odiaba mucho pero era un estúpido estereotipo de los alphas y no hacerlo, no desprender un aroma fuerte te hacía ver cómo un alpha débil. Por suerte esos mismos alphas de poca monta no eran capaces de discernir su aroma característico a el de su sudor, cuando los alphas de pacotilla confundian el olor de azúcar quemada de la nitroglicerina con su aroma Bakugou se reía de ellos, aunque siendo justos también se reía de aquellos que creían que desprendía su aroma todo el día para jactarse de que ser un puñetero alpha, cuando simplemente era su quirk.

Llegó a UA antes de la cena, no porque tuviera hambre, comió varias cosas en el centro comercial a parte de la rebanada de pastel, pero había toque de queda y podrían volver a castigarlo solo por violar el toque.

Cuando llegó a los dormitorios pudo ver a alguien sentado en la entrada, alguien que cuando apenas lo vió, corrió a encontrarse con él a mitad de camino.

-Bakugou-kun, me alegro de verte.

-¿Qué quieres, Round Face? -Preguntó Bakugou, sin detener su pasó.

-¿De nuevo ese apodo? -Preguntó Uraraka haciendo un puchero. -Se que ya sabes mi nombre, Bakugou-kun, pero lo pasaré por alto está vez porque se que eres infantil.

-Si no tienes nada importante que decirme me adelantaré. -Su relación con Uraraka había avanzado notablemente, hasta consideraba llamarla "amiga", claro no en voz alta pero la trataba como a su escuadrón de idiotas y sabía que ese trato la hacía feliz.

-Sin rodeos, eh -Uraraka se reía un poco incómoda. -¿Porqué no hablamos y nos ponemos al día? ¿Qué tal estuvo el centro comercial?

Eso sí lo hizo detenerse.

-¿Cómo sabes...

-¿Qué estabas ahí? No eres el único que va al centro comercial sabes. -Dijo Uraraka desviando la vista, totalmente incomoda.

-¿Quiénes? Dame nombres. -Gruño Bakugou, colacando su mano en su hombro y acercando su cara furiosa a centímetros de la de ella.

"Adiós a mi aroma neutral"

-Monoma y otros chicos de la clase B. -Uraraka prácticamente gritó la respuesta -¿Siquiera reconocerías el nombre de los demás si te dijera? Digamos que no eres muy bueno con los nombres. -Bromeó Uraraka, intentando quitarle importancia al asunto. -¿A dónde vas?

-¡A matar a esos bastardos!

-¿Sólo por ir al centro comercial al mismo tiempo que tú? -Dijo Uraraka acercándose a Bakugou.

AlphasDove le storie prendono vita. Scoprilo ora