Capítulo 1.

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Una vez en el hotel, Amira se duchó tan rápido como pudo, y siempre pendiente de la hora se vistió con un atuendo más formal y más propio de ella: un vestido negro que llegaba hasta sus rodillas y un abrigo blanco con algunas piedras en el cuello. Unos tacones negros la mantenían sobre el suelo y peinó su cabello. Adornó su rostro con máscara y un pintalabios rojo ardiente. Cuando terminó, su chofer la llevó al edificio bañado en plata, con el reflejo del sol, quemando la vista de cualquiera que lo observaba directamente.

-Bienvenida señorita Gilmore.

-Un placer conocerla, Gallagher y Bishop a sus ordenes. -Bishop extendió su mano y dejó un beso en la delicada mano. Haciendo que Amira se sonrojara solo un poco, pero sacudió esa sensación cuando tomó la mano del otro individuo en frente suyo.

-El placer es mío, señores. ¿Hacemos negocios?-Les sonrió con emoción y ellos percibieron eso, por eso le correspondieron el gesto y caminaron los tres hacia una oficina en el último piso y con vista a las ocupadas y bulliciosas calles de los Ángeles.

-¿Como estuvo su vuelo?

-Excelente, muy tranquilo.

Después de haber hablado por cerca de una hora, los ejecutivos van hacia una sala de conferencias desolada y solicitan a algunos empleados que hagan obra de aparición y así fue, en cuestión de minutos la sala estaba llena, cada silla en la gigantesca mesa estaba ocupada. Amira se presentó propiamente ante el grupo con el que trabajaría desde ahora. Luego se porcedió a señalar cada persona de cada grupo: quince pertenecían al grupo de publicidad y otras quince en el grupo de relaciones internacionales. Cuando culminó la reunión, solo quedaron cinco personas. Entre ellas Amira y los fundadores.

-Bien, Gilmore, te presento ante los superintendentes de pubicidad y relaciones internacionales: Clyde Salazar y Michael Jackson. -Señaló a cada uno. Salazar dio un paso delante y extendió su mano para saludarla de manera cortés, luego siguió Jackson.

-Es un gusto conocerla señorita Gilmore, estoy a sus órdenes. -Le saludó con una sonrisa encantadora, deslumbrante. Amira perdió por segundos el hilo de la conversación al mirar esas perlas.

-...estaremos oficialmente unidos. -Terminó de decir Gallagher.

-Amira, de tu lado solo faltas tú por firmar, ya Spinster firmó hace una semana. Firma aquí y aquí. -Por la superficie plana de la mesa deslizó dos carpetas, Amira tomó una y firmó en todas las hojas en donde lo requería, confirmando de paso que era certera la información que le habían proporcionado: en efecto, Spinster había firmado. Realizó el mismo procedimiento con la otra carpeta. Cuando terminó, Bishop pidió a Salazar y Jackson que realizaran el mismo procedimiento. Mientras el último mencionado firmaba, Amira observaba sus tacones, sin tener idea de qué hacer en el momento: a quién mirar, qué decir, si sonreír o no... Por más extraño que pareciera, se sentía nerviosa con la presencia de Salazar y Jackson, aunque, sus nervios se mezclaban con emoción. Estaba muy entusiasmada por empezar a unir las empresas en todos los sentidos posibles. Había algo en el ambiente que la incomodaba y no sabía qué era. Estaba tensa y agradecía al cielo de que no tenía su abrigo puesto pues empezaba a sentir ese peculiar calor que sentía exclusivamente cuando estaba nerviosa a pesar del frío inminente que provenía de las parrillas de aire acondicionado sobre su cabeza.

Cuando los superintendentes terminaron con las firmas, todos compartieron una sonrisa triunfante. Oficialmente eran colegas de trabajo. Ahora, solo quedaba una cosa por hacer para que el mundo supiera que ambos imperios se habían fusionado en uno solo: la cena. En la noche tendrían una cena en la que se incluiría la prensa también para que acarreara la noticia de ciudad en ciudad.

All of Me © [MJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora