Capítulo 11.

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2 de Febrero, 2022.
Londres, Reino Unido.
11:48

—Está bien, hablamos luego, descansa. —Amira colgó la llamada con una sonrisa justo en el momento que entraron en el auto. Y cuando captó la mirada de su amiga dejó de sonreír de golpe y miró la ventana a su derecha.

—Oye, ¿no crees que te estás exediendo con Michael? Digo... Tiene prometida. - Intentó ser cautelosa.

Fracaso total, porque Amira se dio cuenta de su indirecta.

—¿Y? Solo somos amigos conversando. —Se puso el cinturón de seguridad.

—¿A las tres de la mañana? ¿Crees que es apropiado? Sabes que tiene que trabajar mañana y aún así lo desvelas. Y él también te desvela a ti.

—La diferencia de horario no nos es impedimento para entablar conversaciones, es eso. —Espetó con simpleza, encogiendo sus hombros.

—Ni las tarifas del teléfono, al parecer. No dejan de llamarse y hablan por horas. ¿Qué tanto puedes hablar con una persona?

—Lo mismo que hablamos tú y yo por horas. Dani... Puedes estar tranquila. Michael es solo un amigo. Uno muy bueno.

—Pero no mejor que yo, eh. No me vayas a reemplazar. Aunque al paso que van creo que ya estoy en tercer plano. —Finalmente la rubia encendió el auto, haciendo una mueca.

—Oye, no seas ridícula. Nunca podrías reemplazarte, ni siquiera aunque quisiera me puedo deshacer de ti. Eres como mi hermana, idiota. —Le dio un pequeño pellizco en el antebrazo.

—A mi no me hables. Me dejaste prácticamente sola comiendo. —Quitó su brazo con una mueca de enojo. Pero la insistencia de su amiga y la fuerza que aplicó para zangolotearla en un berrinche pudo más que ella y soltó una risotada. Amira se cruzó de brazos bruscamente y resoplando, aparentando tener un berrinche. —Te quiero, niñata.

Amira fingió estar ofendida y soltaron risotadas juntas.

—Yo también, bruja. Y lo lamento.

—No, entiendo que estés encaprichada con tu nuevo amigo.

—¿Encapricha- ¡hazme el favor! No exageres.

Danielle y Amira habían salido como hace mucho no lo hacían a almorzar juntas en esa hora libre que les concedía la empresa a sus empleados. La habían pasado bien, pero en los últimos 45 minutos, Amira estuvo hablando por teléfono con Michael. El susodicho no podía dormir y decidió llamar a su amiga al otro lado del charco. Tal vez fue descortés de su parte dejar a Danielle hablando sola cuando habían salido juntas por una razón, y esa era pasar el tiempo juntas, charlando. Y eso hicieron, solo que Amira charlaba por teléfono.

Al principio Amira le advirtió al rizado que habían salido a comer y que debía hacerlo breve. Le aconsejó algunas cosas para que pudiera conciliar el sueño y así no llegar trasnochado al trabajo. Pero la conversación se extendió, como solía hacerlo cuando se trataba de ellos.

La amistad entre ambos era creciente con cada llamada o conversación escrita.

Hace unos días habían resuelto con Spinster el problema de ventas al exterior, y según decían los reportes de ventas, la estrategia en la que trabajaron ellos dos iba funcionando. Las ventas aumentaban, incluso más que como estaban en el principio. Y todo en cuestión de días. No cabía duda de que hacían un gran equipo juntos.

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