Capítulo 3.

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''Nunca se ha destruido a nadie desde fuera. La destrucción final viene de dentro.'' —Amelia Barr.

Después de recuperarse y entrar en razón, Amira salió de aquel baño con la frente en alto. Sabía que no había nada que podía hacer para cambiar la situación, sólo seguir creciendo emocionalmente y superarlo. Su amiga le tenía varias opciones para hacer eso cuando llegara a Inglaterra. Pero mientras tanto, había decidido intentar ignorar el hecho de quién era y lo que significó en su vida hace años, y tratarlo como lo haría con cualquier otra persona.

Y debía hacerlo, debía superarlo pues ahora trabajaría cercanamente con él.
La noche transcurrió tranquilamente, charlaron y luego vino la hora de bailar. Música movida fue reproducida por los parlantes de la amplia sala y en un área cercana a la barra, muchos se acercaron a bailar y disfrutar. En una racha de música un poco más antigua, Jackson comentó:

—Amo ésta canción.

—¿Bobby Brown?

—¡Sí! ¿Quieres?—Ofreció su mano para que ella la tomara.

—No sé bailar, qué pena. Te lastimaré los pies. —Confesó ella apenada.

—No es tan difícil, ven. —Él tomó su mano sin su consentimiento y jaló de ella hasta guiarla a la pista.

—Oh, no. Qué vergüenza me vas a hacer pasar. —Cubrió su rostro.

—Para nada, puedes saltar si quieres y está bien.

—No conozco la canción, Michael.

—Salta conmigo. —Tomó ambas delicadas manos entre las suyas y jaló de ellas. Él movió sus hombros y la incitaba a moverse aunque fuese. —Muévete.

—¿Qué hago? Nunca he estado en una fiesta, por Dios. Mejor me quedo aquí y te veo bailar.

—Oh, vamos. ¡Sacudete!—Él empezó a sacudir sus hombros que sus rizos se movían también y mordió sus labios.

Ella río estruendosamente al verlo actuar tan divertido. Se dejó llevar por la música y empezó a saltar un poco, moviendo sus brazos en forma de olas y moviendo su cabeza.

—¿Ves? Ya estás bailando. Pero ya la canción está terminando. —Al terminar de decir eso, empezó a sonar por los altavoces, una canción de Prince que ella tanto amaba: Delirious.

—¡Amo ésta canción con mi vida!—Empezó a saltar como demente y sacudiendo su cuerpo sin importarle nada. Hacía muecas y él solo reía.

—Puedes bailar, solo hacía falta una canción que te gustara. —Él se acercó a su oído para que escuchara.

Pronto la canción terminó y vino una que había salido recientemente. "Leave the Door Open", era una de sus canciones preferidas, para ambos.

—¡Amo a éste DJ!—Gritó ella entre la música mientras saltaba al compás de la misma y sacudía su cabeza.

—¡Yo igual!—Comentó él mientras hacía unos movimientos que sólo había visto a Bruno Mars hacer, pero el rizado en frente suyo los hacía mucho mejor. En ese momento se sintió miserable, él sabía bailar más que todos en el resto de la estancia y el colmo, ella estaba en frente suyo, eso la hacía ver peor de lo que era.

Mucho más pronto de lo que hubiera deseado, cambió la canción a "Adore You" que bailaron a gusto y la última canción que bailaron fue "It wasn't Me" de Shaggy, canción que Michael bailó como ninguna otra.

De vuelta en los taburetes del bar, se refrescaron tomando agua y conversando sobre sus gustos musicales. Él era muy clásico al igual que ella, aunque ambos disfrutaban un poco de música actual.

All of Me © [MJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora