Capítulo 5.

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"La forma más común de renunciar a nuestro poder es creer que no lo tenemos." —Alice Walker.

Tras una larga espera de tres horas, las puertas fueron abiertas revelando a un grupo de doctores. Todos los presentes se colocaron de pie con miedo pintado en sus rostros. La matriarca de la familia se acercó al de bata blanca que iba al frente aferrada a la mano de su hijo como si su estabilidad sobre el piso dependiera de ello. Amira, por otro lado, estaba en la cafetería consumiendo el desayuno que se había perdido más temprano. Usaba su móvil cuando recibió un texto de su hermano.

Finn G.

''Ven, rápido.''

—Oh, Dios mío. —Se colocó de pie velozmente dejando atrás lo que consumía y en medio del trote recibió otro, miró la pantalla brevemente.

''Sé que estás corriendo, así que cálmate un poco y camina tranquila.''

''Está vivo.''

Bien, está vivo. Pensó y redujo la velocidad hasta caminar más calmada hacia aquellas puertas metálicas y adentrarse en ellas. Una vez salió de la caja plateada corrió al ver a sus familiares reunidos en la sala de espera, a todos, menos a su madre quien supuso se encontraba con su esposo dentro de la habitacón.

Al acomodarse en el asiento a un lado de su hermano, respiró audiblemente, haciendo que uno de sus mechones sueltos de aquella coleta revolotearan en el aire. Su hermano colocó una mano sobre su rodilla como apoyo. Compartieron miradas de agotamiento.

—¿Ya dijeron qué pasó?

—Tuvo un ACV.

—Un accidente Cardio Vascular... Caray. ¿Quedó muy grave? ¿Lo has visto? ¿Puede caminar? ¿Habla?—Empezó a respirar agitadamente.

—Calmate... Respira. —La ayudó a respirar tranquilamente pues sabía de los ataques de pánico de su hermana. Y este era uno de ellos. Respiró con ella incitandola a seguir su patrón respiratorio. —Muy bien, eso es. Aún no he entrado a verlo, pero mamá está con él.

En ese instante la susodicha salió de la habitación, llorando. Los hermanos se pusieron de pie y caminaron hacia ella, le dieron un abrazo. Amira se separó del grupo y entró por la puerta de donde venía su madre. Al ver a su padre con los ojos cerrados, cerró los suyos y suspiró fuertemente, frunciendo el ceño. Repetía en su mente, una y otra vez, que estaba vivo.

Miró detalladamente todo a su alrededor, la máquina que monitoreaba sus latidos, la que lo ayudaba a respirar, y los sueros que lo hidrataban y medicaban.

Y ahí viene...

El llanto. Estaba vivo, pero aún así le dolía verlo así y saber que cuando despertara era una posibilidad que no pueda caminar o hablar bien... O moverse con normalidad siquiera. Le aterraba que este acontecimiento les cambiara la vida a todos. Y no de manera positiva.

Caminó un poco más hasta sentarse en un sillón cercano a la camilla. Observó hasta darse cuenta de que estaba incómodo, se acercó a acomodar sus almohadas y una lágrima rodó por su mejilla hasta caer en su frente, rápido la limpió con su pulgar y besó donde cayó.

Pasó unos momentos sentada en aquella silla, mirándolo, examinandolo y pensando en todo y nada a la vez. Lágrimas seguían saliendo de sus ojos sin poder evitarlo.

La puerta se abrió y volteó a ver de quién se trataba, sorprendida, susurra:

—¿Qué haces aquí? ¿C-cómo supiste que estaba aquí?—Limpió sus lágrimas rápidamente, no quería que le viera en ese estado.

All of Me © [MJ]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora