Abigail (Orgullo Blanco 5) +21

CRIADA COMO PRINCESA

[Capítulo 4]

{Abby}

Estaba afuera de la sala de cuidados intensivos donde tenían a mi madre, ella y su amigo Caleb fueron heridos de gravedad en un atentado que le hicieron a Daemon. Al llegar a Newport Beach, California mi padre no estaba por ningún lado y cuando al fin lo vi casi me da un infarto.

A parte de devastado también lucía como un asesino serial y si su rostro al verme no se hubiera dulcificado, creo que hasta le habría temido.

—Dime que los mataste a todos —supliqué cuando llegó a mi lado y lo abracé por la cintura. Se había duchado y cambiado ropa.

—Diera todo porque esta vez tu madre te escuchara diciendo eso, nena —deseó y besó mi cabeza.

Lo abracé más fuerte y dejé que mis lágrimas mancharan su camisa. Viajé toda la noche y no dormí nada, mas no me importaba el cansancio, no descansaría hasta que mamá saliera del peligro. Y comprendí la razón de papá al querer que ella me escuchara, ya que de seguro habría querido jalarme las orejas.

—Yo también —susurré.

Ansiaba escuchar sus regaños y verla rabiar por mis comentarios, eso no significaba que mi forma de pensar cambiara, pero con tal de verla bien, creo que hasta era capaz de tragarme todo lo malo que deseaba para esos malnacidos que la llevaron a ese estado. Al menos frente a ella.

Después de estar unas horas con mis padres salí a la sala de espera donde parte de mi familia aguardaba paciente por noticias, me acerqué a Brianna Less, la pareja de Caleb, y le hice saber lo mucho que sentía la situación. Luego me fui hacia Leah y tras saludarnos nos pusimos al día; me sentí feliz al saber que Essie había reaccionado a la última operación que le realizaron y prometí que no me regresaría a Londres sin ir a verla. Ya hacía falta poco para pasar un tiempo cerca de prima, lo necesitaba y más cuando despertaría para iniciar con su recuperación.

—Escuché que tío Elijah y los clones se deshicieron de esos bastardos, así que me siento más tranquila —dijo Leah cuando hablábamos de lo sucedido y asentí.

—Hubiese querido estar presente y matar a esa cabrona con mis propias manos —espeté y sentí su mirada sorprendida.

—Repite eso cuando tía Isa despierte por favor. Porque sé que lo hará y ansío ver su cara y el tortazo que te dará —Medio sonreí y le agradecí con la mirada que me animara de esa manera.

Leah tendía a ser muy positiva en momentos difíciles y era como el mayor apoyo que todos teníamos siempre que le necesitábamos. Seguimos charlando de cosas que no fueran tristes y me conversó de todo lo que había hecho en mi ausencia hasta que vio a alguien detrás de mí y la saludó con efusividad.

—¡Jesús, mujer! Al fin estás aquí —chilló tan fuerte que tuve que entrecerrar los ojos y taparme un oído para soportarlo.

Me giré para ver a la dueña de su emoción y sonreí al reconocerla, incluso si nunca la hubiese visto en fotos, habría sabido que tenía frente a mí a Rahsia Brown solo con las descripciones que mi hermano me dio de ella. Daemon se pasó tardes enteras contándome sus vivencias con la hermosa mariposa que lo tenía loco y algunas veces hasta la fotografió mientras dormía y me envió dichas imágenes cuando le pregunté qué hacía.