No soy una sumisa

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[Capítulo 16]

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[Capítulo 16]


{Andrea}

Hice todo lo que estuvo en mis manos para viajar antes a Estados Unidos y así poder estar con Abby, pero los planes de mi padre (Thierry Moreau) me jodieron las cosas y por él tuve que aceptar sin rechistar las intenciones de mi chica al buscar diversión en otro lado. Y, aunque ella bien sabía que cada cosa que hiciera en el país de sus padres y que de alguna manera faltara el respeto a nuestro acuerdo, repercutiría en un castigo (que juraba que estaba esperando). Aunque no la reprendería por lo que yo propicié al prometer algo que no estaba seguro de cumplir.

Las reglas en nuestra relación fueron hechas con el consentimiento de ambos, y sabía que las respetaríamos siempre. Sin embargo, eso no descartaba que Abby se portara mal de vez en cuando y en secreto, yo disfrutaba de ello.

Las sumisas siempre fueron lo mío, aunque cuando Abigail Pride llegó a mi vida con ese ego tan alto, demostrando que estaba para ser Dominante y no lo contrario, le dio un giro excitante a mi rutina y desde ese momento la quise solo para mí (no en el sentido de posesión), para someterla y para amarla.

¿Qué dijo Abby? —preguntó Philippe, mi mejor amigo y compañero, hablando en nuestro idioma.

No importa lo que dijo sino lo que no dijo, hermano. Y lo que hará —le respondí con una sonrisa sarcástica en el rostro, viendo el móvil en mi escritorio. Casi lo tiré cuando Abby me cortó tras esa respuesta socarrona de su parte.

«Si calientas lo que no te vas a comer, pues buscaré a alguien que se lo coma bien». Esas palabras suyas sonaban en mi cabeza una y otra vez.

Creí que mantenían una relación abierta y que no importa lo que hagas o que ella haga, ya que de eso se trata ser swingers —Negué al escucharlo, Philippe sabía casi todo de nosotros y lo entendía, ya que nuestras formas de ser tenían muchas similitudes.

Lo somos y la tenemos, pero una cosa es que ella haga lo que desee por placer y otra por venganza —le recordé y sonrió divertido.

No es como que a ti no te guste castigarla —se burló y lo miré riendo también.

Por supuesto que me gustaba castigarla y más cuando se negaba a ceder. Todavía recordaba el día en que la conocí como si lo estuviese viviendo de nuevo en ese instante, era inocente en muchas cosas, aunque decidida a lograr lo que se prometía y eso fue lo que más me atrajo de ella a parte de su intelecto y belleza.

Estábamos en Londres para hablar con los nuevos socios con los que pensábamos invertir. Philippe y yo fuimos los encargados de cerrar el nuevo trato para mi padre y ellos fueron muy detallistas al informarse de nuestros gustos especiales, así que nos regalaron una entrada a uno de los clubes más exclusivos de la ciudad. Teníamos tres años de frecuentar ese mundo de placer, pero fue un tiempo más que suficiente para aprender lo necesario; y así no fuéramos expertos, ya se nos conocía por ser excelentes en lo que hacíamos. Aunque a diferencia de mí, Philippe descubrió que le gustaba y daba más placer ser sometido que someter.

Abigail (Orgullo Blanco 5) +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora