Malas Mariposas

24.4K 3K 2.2K
                                    


[Capítulo 38]

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

[Capítulo 38]


Abby

Andrea me miró con intensidad cuando me separé de él.

Y no nos dimos un beso largo, pero sí estuvo cargado del amor y la pasión que sentíamos, aunque al terminar también noté su determinación, seguía firme con su decisión y lo respeté así como él siempre respetó las mías.

—Dominik espera por ti —dijo Michael tras un silencio prolongado y Andrea lo miró.

Asintió segundos después y era más que obvio que en ese momento no sería el amigo de siempre con Michael y este último lo intuyó porque conociéndome, debía estar consciente que acababa de decirle a Andrea todo lo que pasó entre nosotros una semana atrás.

—¿Puedes pedirle a uno de los hombres que me ayude? —dijo Andrea y no pude dejar de mirarlo, reacia a pensar que ya no era mi novio.

—Puedo hacerlo yo —aseguró Michael y Andrea se encogió de hombros, demostrando así que no le importaba si era él u otra persona quien le ayudaba.

—¿Podemos cenar juntos? —susurré hacia el francés y él me regaló una sonrisa fingida.

No, Abigail. Podríamos luego, en un par de semanas, no en este momento —dijo en su idioma y noté que respondió de esa manera para que Michael no se diera cuenta de que me estaba rechazando.

Asentí de acuerdo, estaba en todo su derecho y verme a cada instante no le ayudaría a procesar nada y tampoco a mí.

Hasta luego, entonces —me resigné y sentí a Michael llegar a mi lado.

Mi piel se erizó ante los nervios, pero traté de disimularlo.

No olvides tu promesa —pidió Andrea y tragué con dificultad al imaginar que notó mi reacción y por eso hizo tal advertencia.

Ni tú olvides que te amo —le dije y entonces me sonrió de verdad.

Esa sonrisa suya que era capaz de incendiarme el alma y dejarme ardiendo por días.

Me puse de pie luego de eso y solo en ese momento noté que Michael se había acercado más de lo que imaginé, ya que mi brazo se rozó al suyo y así me afectara, no lo miré, pero lo sentí por todas partes.

—Dasher llegará por mí en un rato —dije para ambos cuando Michael había ayudado a Andrea a regresar a su silla de ruedas.

El francés se concentró en algo que le dijo un enfermero que entró segundos antes y yo decidí darme la vuelta para salir del gimnasio.

Quería recomponerme un poco de las emociones que bullían en mi interior antes de verme con Dasher y solo podría hacerlo sola, sin embargo, Michael no me lo pondría fácil y ni siquiera chillé con sorpresa en cuanto me cogió del brazo y me metió detrás de una pared angosta, únicamente gemí cuando me empotró y traté de controlar aquellos miles de aleteos en mi vientre.

Abigail (Orgullo Blanco 5) +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora