11| Miércoles 1 de noviembre del 2000

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Querido diario mental:

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Querido diario mental:

Verás, ayer estaba muy triste porque no iba a poder pedir dulces con este yeso en el brazo y la pierna. Porque mis papás dicen que debo descansar hasta curarme, y caminar varias cuadras no me ayudaría.

Lo único que animó mi noche fue que pude ver otro capítulo de ER, aunque en vez de dulces comí rebanadas de zanahoria que me cortó mamá.

Y mientras disfrutábamos de una operación, o al menos mis papás lo hacían porque suelen taparme los ojos cuando hay órganos expuestos, el timbre suena...

—Yo voy —se levanta el papá, con la zanahoria en la boca como si fuera un cigarro—. Amelia, aún no veas, los órganos se le siguen viendo.La madre se encarga de cubrirle los ojos.

—Pero me perderé la mejor parte —se queja.

—Cómete otra zanahoria. —La mamá le acerca una rebanada a la boca, la cual le da un mordisco—. Mucho mejor que los dulces, ¿o me equivoco?

—Te equivocas —asegura en cuanto termina de tragar el pedazo.

La mujer se ríe.

—Amelia, mira lo que te han traído.

—¿Dulces? —Quita la mano de su mamá, emocionada por el chocolate que tanto ansía comer.

Pero lo que encuentra es algo que, si se lo come, se consideraría canibalismo.

Es Max y su padre, y una mediana silla de ruedas que sujeta el pequeño.

—A Max se le ocurrió una brillante idea para que puedas ir a pedir dulces con nosotros —comenta el papá del niño.

Amelia eleva las cejas, curiosa al escuchar que hay una posibilidad de que pueda comer dulces.

El pequeño empuja un poco la silla, algo tímido, y agacha la mirada.

—Vi en televisión a un científico muy famoso... que está en silla de ruedas... y tal vez... podrías disfrazarte de él...

Los padres de la niña intercambian miradas, y ambos la desvían hacia su pequeña.

—Esa es la idea más... ¡increíble! —Eleva los brazos al cielo.

Los adultos sonríen, encantados por su emoción.

—Voy a ser una científica —le dice a su madre, llena de entusiasmo— ¿Cómo se visten los científicos?

—De hecho... —La pequeña se gira hacia Max—. Traje algo que podrías usar. —Con la mirada pegada al suelo, levanta una chaqueta con parches en los codos, lo que le da un toque antiguo.

—¡Wow! —Amelia cojea hasta llegar a donde está el pequeño y recibe la chaqueta— ¡Es perfecto!


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Hola :3

Debido a unos imprevistos es que recién pude publicar ahora u.u

Han sido unos días de locos y extraño tener vacaciones T.T pero como adulto debo trabajar (ser adulto apesta)

Gracias y miles de gracias por cada comentarios, mensaje o apoyo que le dan a mis historias, aunque tardo en responderles los leo a todos *u*

Voy a estar compartiendo material de esta y mis otras novelas en mis redes, y uno que otro avance en el grupo de lectores que con mucho cariño (y algo de roche) se llama "Valectores".

Espero verlos allá, o en cualquiera de mis redes :3

PRÓXIMO CAPÍTULO: 16 DE FEBRERO

Vale rie*

Vale rie*

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¿Me van a dejar? [Pasado MVDH #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora