38| Miércoles 31 de diciembre del 2003

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Querido diario:

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Querido diario:

Te escribo desde casa ya que debido a la fuerte nevada no pudimos visitar a mis tíos ni a mi prima, espero en las siguientes vacaciones podamos ir...

Amelia suspira por enésima vez mientras observa la ventana, viendo cómo la nieve no deja de caer.

Su padre se sienta junto a ella y le acaricia la cabeza mientras aprecia la misma vista.

—Sé que los extrañas, cariño, pero ya verás que pronto iremos a visitarlos —comenta con voz calmada.

La pequeña sonríe tanto por el afecto como las palabras de su papá, lo mira y asiente.

—La bola ya está por caer. —El padre se levanta—. ¿Vamos?

—¿Por qué no lo dijiste antes? —Se levanta de un salto y corre al sillón.

Agarra el control remoto y busca el canal que transmite el histórico momento en el que cae la enorme bola de fin de año del Times Square.

—¡Mamá! ¡Ya está por empezar!

Su papá se lanza a su izquierda y mira con atención la pantalla.

—Ya estoy, ya estoy. —La madre llega con un gran tazón de palomitas y se sienta a la derecha de la pequeña.

—¡Palomitas! —vitorean padre e hija.

Lo devoran como si no hubieran comido en años, sin despegar los ojos de la transmisión.

—¡Diez! ¡Nueve!

—¡Ocho! —La familia Thompson continúa el conteo.

—¡Siete! ¡Seis!

A metros de la eufórica familia, en casa de los Barnett, Max mira animado la televisión, realizando el conteo por su cuenta.

—¡Cinco! ¡Cuatro! —Se pone de pie, cada vez más emocionado.

Al fondo, en la cocina, sus padres aprovechan el gran escándalo para discutir sin ser descubiertos por su hijo.

El padre da por finalizada la discusión marchándose tanto del lugar como de la casa. Max voltea hacia atrás al escuchar el gran golpe de la puerta cerrándose, y va hacia la ventana para ver cómo su padre sube a su auto y se marcha.

—¿A dónde fue papá? —le pregunta a su madre apenas nota que se acerca.

—Lo llamaron del trabajo —informa aún enojada, aunque intenta controlarse para que su hijo no lo note.

Pero Max lo nota, al igual que como ha notado ciertos cambios en sus padres, cómo evitan estar mucho tiempo en la misma habitación, o cómo su padre trabaja hasta tarde y hasta fines de semana a pesar de ser profesor.

Max nota más de lo que sus padres creen, pero no lo comenta porque le enseñaron que no debe meterse en temas de adultos, y lo menos que quisiera hacer es que se enojen aún más de lo que ya parecen estar.

Rodea con un brazo a su madre, aún mirando por la ventana a pesar de que su padre ya se ha marchado.

Y aunque se siente triste de que su padre no esté para celebrar juntos el año nuevo, se tranquiliza sabiendo que no tardará en volver. Recuerda que siempre regresa de mejor humor, trayendo dulces o películas para ver juntos.

Se convence que es bueno que haya salido un rato para sentirse mejor y volver como aquel padre que tanto adora y admira.

Sí, no es tan malo.


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Hola :3

Por motivos de tiempo ahora solo publicaré 2 veces por semana u.u pero pronto sabrán en lo que he estado trabajando que involucra a estos pequeños e.e

Nos acercamos a las partes feas u.u si han leído MVDH sabrán lo que se aproxima u.u

¿Qué habrían hecho o dicho si estuvieran en la situación de Max?

Los días que actualizaré serán: martes, jueves

Se viene mucho de la pequeña Amelia y el manos de axila :3

Les comento que estoy volviendo a dedicar capítulos a aquellas personitas que me dejan comentarios tan bonitos, realmente me animan mucho, y quiero que sepan que los leo todos (aunque no me da la vida de responderlos, se los agradezco de corazón, sus comentarios son el impulso para seguir actualizando :3)

Gracias por darle la oportunidad a esta pequeña Amelia y al manos de axila :3

Vale rie*

Vale rie*

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¿Me van a dejar? [Pasado MVDH #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora