¿Me van a dejar? [Pasado MVDH #1]

39| Sábado 14 de febrero del 2004

Querido diario:

Algo está pasando con Amax, y creí que preparándole una gran porción de galletas de coco le animaría, pero no funcionó. Empiezo a preocuparme de que sea algo grave.

—¡Max! ¡Max!

El pequeño pestañea y vuelve en sí ante los constantes llamados de Amelia, quien grita en la calle.

Max se levanta de su cama para asomarse a la ventana y encontrar a su amiga bastante entusiasmada para su gusto.

Las últimas semanas había preferido quedarse en casa que salir a jugar, aunque una que otra vez Amelia igual iba a buscarlo para jugar juntos en su casa. Era difícil deshacerse de ella.

Suspira y baja para abrirle, sabe que no dejará de insistir hasta que lo haga.

—¿Qué pasa, Amelí?

—Buenas tardes para ti también, Amax —la saluda de buen humor de paso que se invita sola a entrar—. Te traje algo.

—¿Qué cosa? —Cierra la puerta con el mismo nulo entusiasmo que ha tenido las últimas semanas.

—Una cosa. —Amelia se ríe de su propio chiste—. ¿Están tus papás?

—Mamá salió con sus amigas y papá está trabajando —responde con menos ánimos que antes.

—¿Tu papá está trabajando un sábado? —se extraña—. ¿A poco los profesores también enseñan los fines de semana?

—Mi papá lo hace. —Se lanza sobre su sillón y suspira hasta expulsar todo el aire de su pecho—. A veces hasta domingos.

—Pobres niños que deben recibir clases los días de descanso —Amelia se lamenta y se acerca al sillón para sentarse en el apoyabrazos—. Ten. —Le estira el brazo para acercarle el gran recipiente circular que ha estado cargando.

—Gracias. —Lo recibe solo para no ser maleducado ya que fue lo que sus padres le enseñaron.—¿No lo vas a abrir?

—Después. —Deja el recipiente sobre su estómago y permanece en esa posición mientras mira el techo.

—Entonces te acompañaré hasta que lo abras. —Se hace espacio junto a los pies de Max y cruza las piernas para ponerse más cómoda.

—Haz lo que quieras.

—Gracias —se lo agradece con una gran sonrisa.

Permanecen en silencio por un par de minutos. Y ese es todo el tiempo en el que Amelia puede permanecer callada.

—Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña... —empieza a cantar mientras se mece de lado a lado—. Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña... —vuelve a empezar ya que ha olvidado el resto de la canción—. Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña...—Cómo veía que resistía fue a llamar a otro elefante más —Max finaliza la canción solo porque le estaba fastidiando que repita la misma estrofa una y otra vez.

—Dos elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña... —Mira al pequeño para que él prosiga.

—Cómo veían que resistía fueron a llamar a otro elefante más —Max lo canta, tal y como ella lo esperaba.

Siguieron cantando hasta llegar a los veinte elefantes, y para cuando llegaron a ese número Max pudo olvidar al menos por unos minutos lo que tanto lo estaba atormentando.

Las peleas constantes de sus padres.

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Hola :3

Disculpen, el jueves no pude actualizar por falta de tiempo u.u un perrito ha llegado a casa y hemos estado atareadas haciendo los arreglos ya que hace tiempo no teníamos perros u.u

Cada vez nos acercamos más al momento menos esperado para Max u.u ya imaginarán cómo es que sucede u.u

Los días que actualizaré serán: martes, jueves

Se viene mucho de la pequeña Amelia y el manos de axila :3

Les comento que estoy volviendo a dedicar capítulos a aquellas personitas que me dejan comentarios tan bonitos, realmente me animan mucho, y quiero que sepan que los leo todos (aunque no me da la vida de responderlos, se los agradezco de corazón, sus comentarios son el impulso para seguir actualizando :3)

Gracias por darle la oportunidad a esta pequeña Amelia y al manos de axila :3

Vale rie*