¿Me van a dejar? [Pasado MVDH #1]

44| Viernes 10 de diciembre del 2004

Querido diario:

Amax hoy tampoco fue a la escuela.

Y su padre sigue sin volver.

Mis papás me dijeron que no interfiriera, ya que es un tema muy personal, y lo mejor que podía hacer es apoyar a Amax y acompañarlo.

No comprendí a qué se referían hasta que hoy en el receso escuché a mis compañeros.

Parece que alguien vio a su papá hace unos días, y no estaba solo.

Menos mal Amax no estaba presente para escuchar lo que decían.

Ni para ver lo que les hice.

Sentí tanto enojo por cómo hablaban a sus espaldas, cuando al menos uno de ellos era uno de sus buenos amigos, que les grité para que dejaran de hablar así de él.

Pero solo se rieron más, asegurando que mi amigo ni siquiera podía defenderse por sí solo y yo tenía que abogar por él.

Así que los empujé de las carpetas en donde estaban sentados.

No sé de dónde conseguí la fuerza para tumbarlos a los tres, pero ayudó a disminuir un poco mi enojo.

Claro que me metí en problemas por lo que hice y mis padres tuvieron una seria conversación conmigo...

—Cariño, ¿por qué lo hiciste? —la madre pregunta con dulzura.

Más que enojada está preocupada por su hija, ya que sabe que algo le pasa.

Acaban de regresar de la escuela, ya que fueron llamados por la tutora luego de que los niños se quejaran de lo que Amelia les hizo.

La no tan pequeña se mantuvo en silencio en todo el camino, no quería hablar porque no le gustó haber sido regañada por su maestra.

Pero cuando ve que sus papás la sentaron en el sillón y se pusieron a cada lado de ella, sin mostrar ningún indicio de enojo, tuvo más confianza para hablar.

—Estaban hablando de Max —murmura—. Decían cosas malas de él.

Los padres intercambiaron miradas al comprenderlo.

—Les dije que dejaran de hablar de él, pero solo se rieron —agrega.

—Y te enojaste —afirma la madre.

—Me empezó a arder la cara y las orejas, sentí tanta cólera que solo me di cuenta de lo que hice cuando los vi en el suelo.

—¿Y cómo te sentiste al verlos ahí? —pregunta el padre.

—Un poco aliviada porque dejaron de reírse —confiesa.

—Sabemos que quieres mucho a Max, nosotros también lo queremos. —La madre la abraza.

—Es como el hijo que nunca tuve. —El padre la abraza.

—Pero no puedes recurrir a la violencia cada vez que alguien dice algo que no te gusta, ya que demuestra más fortaleza en uno el no permitir que las palabras le afecten —comenta la madre.

—¿Quieren que finja que no escuché nada cada vez que hablen mal de un amigo? —Alza la mirada hacia su mamá.

—Quiero que les demuestres que sus palabras no te van a afectar. —Acaricia su cabeza—. Porque mientras más hablen mal de alguien más rápido muestran quiénes son realmente, y de ese modo podrás distinguir a quienes vale la pena prestarles atención y a quienes no.

La no tan pequeña medita las palabras de su madre, asegurándose de recordarlo bien hasta entender por completo lo que quiso decir.

Su mamá siempre le ha dado buenos consejos, y no quisiera decepcionarla al no tomarlos en cuenta.

Lo que ha entendido por el momento es que mientras usen palabras no vale la pena perder el tiempo con ellos.

Su nueva duda es qué pasaría si llegaran a usar algo más que palabras.

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Hola :3

El manos de axila no la está pasando bien u.u

Y mientras está ausente Amelia tratará de protegerlo :3

Los días que actualizaré serán: martes, jueves (aunque prontito habrá cambios e.e)

¿Qué creen que haya pasado con el papá de Amax?

Les comento que estoy volviendo a dedicar capítulos a aquellas personitas que me dejan comentarios tan bonitos, realmente me animan mucho, y quiero que sepan que los leo todos (aunque no me da la vida de responderlos, se los agradezco de corazón, sus comentarios son el impulso para seguir actualizando :3)

Gracias por darle la oportunidad a esta pequeña Amelia y al manos de axila :3

Vale rie*