58| Domingo 14 de agosto del 2005 [Parte 3]

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Querido diario:

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Querido diario:

Llegado a este punto te iré resumiendo las demás sorpresas que le preparé a Amax que ya quiero llegar a la mejor parte.


Vuelven al parque para volar unas cometas, la no tan pequeña le dice que sople la vela y el no tan pequeño nota recién que su cometa tiene un dibujo de vela. Sonríe y hace lo que su amiga le pidió.

Van a comer helado de coco y en el de Max le colocaron una pequeño palo comestible que hacía de vela. Lo sopla solo porque Amelia se lo pide emocionada.

Recorren el vecindario para soplar las velas faltantes, y se toman un descanso para almorzar la comida que la no tan pequeña preparó con ayuda de su madre. El del no tan pequeño tiene forma de vela así que de paso lo sopla y se concentran en comer.

Llegada la noche se dirigen a la casa de Amelia en donde soplará la última vela por el nuevo año que está cumpliendo.

—Amelí, espera. —Le sujeta del brazo antes de que abra la puerta.

Se encuentran frente a la casa de la no tan pequeña, a centímetros de la entrada.

—¿Pasa algo? —Amelia lo mira.

—Gracias... —Baja la mirada al empezar a sentir el bochorno en el rostro—. Por convertir este en uno de los mejores cumpleaños que haya tenido.

Amelia sonríe, más que satisfecha por esta razón, el poder verlo feliz.

—Amax. —Toma su mano, lo que lo sorprende tanto que convierte su rostro en una nueva tonalidad de rojo—. Tal vez no pueda cumplir el deseo que tanto has pedido cada vez que soplabas una vela, pero te prometo que si hay un deseo que puedo hacer realidad me encargaré de que así sea —asegura con convicción.

Los no tan pequeños mantienen la mirada en el otro mientras sonríen levemente.

Es Amelia la primera en notar que sigue tomada de la mano con Max y lo suelta de inmediato para ruborizarse. Su amigo se aclara la garganta. Ambos se aseguran de no mirarse, avergonzados por lo que acaba de pasar.

—¿Listo? —pregunta una tímida Amelia.

—Sí —musita un tímido Max.

Abren la puerta y el no tan pequeño entra primero.

—¡Sorpresa! —gritan varios no tan pequeños.

Max queda sin palabras ya que no se lo esperaba. Reconoce a la mayoría ya que son amigos cercanos o compañeros de clase. Diría que la mitad de la escuela está ahí.

Lo van saludando uno por uno, y pierde de vista a su amiga al estar rodeado de tantos no tan pequeños.

Amelia llega a la cocina en donde sus padres van sirviendo los bocaditos.

—¿Y Max? —pregunta su madre al verla entrar sola.

—Está con sus amigos. —Sonríe y se acerca para ayudarlos a servir.

Los padres intercambian miradas por unos breves segundos para continuar con la tarea que su hija les encomendó.

—Iré llevando estos antes de que empiecen a comerse los muebles —comenta Amelia con una bandeja en cada mano.

Amelia se pasea por la sala y las manos van saltando a la bandeja a su paso. Come algunos bocaditos ya que le da hambre de ver a tanto devorándolos.

Sonríe al encontrar a Max charlando amenamente con sus amigos del club de deportes. Nota recién que su amigo es el más alto de todos y se pregunta cuándo creció tanto.

—Es tan guapo —escucha decir a alguien.

Voltea la cara hacia las cuatro chicas que conversan a pocos metros de donde se halla Max y sus amigos y nota con facilidad que están hablando de ellos ya que no dejan de quitarles la vista.

—Y su sonrisa es tan... —La chica se limita a suspirar.

—Si tanto te gusta ver a hablar con él —le anima la del cabello castaño.

—¿Estás loca? Amanda me mataría —se escandaliza la del cabello negro.

A estas alturas Amelia se ha quedado cerca a las amigas aprovechando que aún le quedan bocaditos por repartir.

—Pero Amanda no está aquí —comenta la del cabello cortito.

—Hazlo, hazlo, hazlo —la animan a la del cabello negro.

—Está bien, está bien. —Se carcajea—. ¿Pero qué le digo? No sé nada de deportes.

—Dile que te gusta el coco y verás como se interesará —propone la del cabello castaño—, yo lo hice y me funcionó.

Amelia frunce el ceño en cuanto oye aquella palabra. Empieza a sospechar sobre de quién están hablando.

—Max está solo, ahora es tu oportunidad. —La empujan para que avance.

Los ojos de Amelia se amplían en cuanto escucha el nombre. Es testigo de cómo su compañera se dirige a su amigo, quien está de espaldas viendo quién sabe qué.

—Sobre mi cadáver. —Le entrega la bandeja al chico que pasa por su lado y va en rescate de su querido amigo.


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Hola :3

Capítulo un poco más larguito porque me daba pena cortarlo :3

Como que el cumple no terminará tan bien que digamos :v

¿Preguntas?

¿Frase favorita?

¿Qué sueles hacer para tu cumpleaños e.e?

Los días que actualizaré serán: martes y jueves

Se viene mucho de la pequeña Amelia y el manos de axila :3

Este 2022 se viene mucho más de Amelia y su mundo, hace poco finalmente pude reorganizar los libros de tal modo perfecto que todo cuadra tan bien que pareciera fue premeditado :3 para saber más del mundo de Amelia y la organización de la saga MVDH te invito a mi Ig (haruviolette) en donde estaré compartiendo toda la información con lujo de detalles :3

Gracias por darle la oportunidad a esta pequeña Amelia y al manos de axila :3

Vale rie*

Los adoro

♡ Los adoro ♡

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¿Me van a dejar? [Pasado MVDH #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora