69| Sábado 31 de diciembre del 2005

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⸺ ✉ 69. Sábado 31 de diciembre del 2005 ✉ ⸺


Querido diario mental:

Este año no pudimos ir a casa de mi prima por el clima. Mis padres prometieron que la visitaríamos apenas abran los aeropuertos, mientras tanto recibiremos el año nuevo aquí.

No está mal, igual veré luego a mi prima. Y no es tan malo que tengamos que quedarnos. Será divertido celebrarlo en casa los tres juntos. Ah, y Max. Supongo que él también estará. Da igual.

Como sea.

Aunque tal vez ya haya hecho planes porque le dije que no estaremos.

Da igual. Como sea.

¿Crees que vaya a estar?


Amelia se mira al espejo con una sonrisa. Le encanta el nuevo vestido negro con bordes y puntos rosas que le regaló su madre para esta ocasión. Se supone iba a usarla para visitar a su prima pero no quiere que se desperdicie la oportunidad de lucirlo.

Toca el moño rosa de su cabeza que hace juego con el vestido y se endereza al confirmar que está lista.

Pero no se mueve ni un centímetro.

—¿Por qué estoy tan nerviosa? —le pregunta a su reflejo.

Suspira y se quita el moño al pensar que es demasiado, y sale de su habitación con este aún en su mano.

Baja las escaleras y sus fosas nasales no tardan en captar el delicioso aroma que proviene de la cocina. Se apresura en llegar hasta allá.

—No sabía que harías galletas —dice con una gran sonrisa.

Amelia creyó que encontraría a su madre pero en cambio halló a Amax. Él se gira y el delantal de Shrek de su padre se hace notar.

—Claro, porque se supone sería una sorpresa. —Sonríe hasta con los ojos.

Lo mira a él, luego al delantal y al final a la puerta que tiene a su espalda.

—¿Dónde están mis padres? —Vuelve a enfocarse en su amigo.

—Salieron a comprar. —Se encoge de hombros al no darle importancia—. Dijeron que no tardarían. —Se concentra en sacar las galletas de la bandeja y colocarlas en un gran plato.

La no tan pequeña mira el reloj de la pared y comprueba que son más de las once. Duda que vayan a encontrar una tienda abierta a esta hora, pero supone que como son adultos seguro conocen más sobre tiendas que ella.

—¿Quieres uno? —Max la mira y Amelia se tensa.

—Cla-claro. —Intenta mantenerse tranquila o al menos fingir que lo está, no quisiera que su amigo note que está rara porque eso sería más vergonzoso para ella.

—¿Qué haces? —Max enarca una ceja al verla pegada al borde de la mesa pero al otro extremo.

—Cierto. —Fuerza una sonrisa y rodea la mesa para acercarse a él.

—¿Qué tienes ahí? —Su amigo no tarda en notar el objeto que presiona como si fuera una pelota anti estrés.

—Solo mi moño. —Extiende los dedos para enseñárselo.

Max se quita los guantes de cocina y agarra el objeto. Mira a Amelia, lo que provoca una nueva inestabilidad en la no tan pequeña.

—¿Puedo ponértelo?

—¿Ah? —se escandaliza, con sus mejillas ardiendo a más no poder—. Ah.

El no tan pequeño sonríe de felicidad por poder hacer algo así y eleva las manos hacia la cabeza de su amiga.

—No te muevas, soy nuevo en esto —dice concentrado en la ardua tarea de enganchar el moño con el gancho que tiene en el otro extremo.

Amelia cierra los ojos ya que teme explotar en cualquier momento.

Max sonríe victorioso porque logró engancharlo, pero se paraliza al notar que su amiga tiene los ojos cerrados. Recién se da cuenta de lo cerca que están. Baja la vista hasta sus labios y le resulta curioso que se los esté mordiendo.

—¿Puedo... be... besarte?

—¿Ah? —La no tan pequeña abre los ojos de golpe y se encuentra con la intensa mirada de su amigo.

La cara de Max ha creado una nueva tonalidad de rojo. No puede creer que haya dicho en voz alta lo que estaba pensando. No puede creer que no quiera retractarse. Aunque si su amiga lo rechaza será peor que todos los golpes que le ha dado.

—Ah. —Amelia vuelve a cerrar los ojos.

Max pestañea al no creer lo que está pasando. ¿Le acaba de dar su permiso? ¿Por eso cierra los ojos? Tal vez le da tanta vergüenza como para mirarlo cuando lo haga.

Acorta la distancia entre sus rostros y cuando están por rozarse sus bocas comprende lo de la vergüenza de su amiga. Así que la imita antes de dar el paso.

El primer beso de Amelia y Max dura un aproximado de tres segundos, pero las sensaciones y el revoltijo de emociones se mantiene en los no tan pequeños por un largo tiempo.


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Hola :3

JO. DER.

JODER. JODER. JODER. JODEEEEEER.

Exploté cientos de veces al escribir este cap y luego de volver a leerlo he vuelto a explotar.

¿Por qué me resultan tan malditamente tiernos? Ya estoy como el padre, a punto de sufrir un ataque por tanta ternura xd

¿Teorías?

¿A qué edad dieron su primer beso?

¿Frase favorita?

Los días que actualizaré serán: martes, miércoles y jueves

Se viene mucho de la pequeña Amelia y el manos de axila :3

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Este 2022 se viene mucho más de Amelia y su mundo, hace poco finalmente pude reorganizar los libros de tal modo perfecto que todo cuadra tan bien que pareciera fue premeditado :3 para saber más del mundo de Amelia y la organización de la saga MVDH te invito a mi Ig (haruviolette) en donde estaré compartiendo toda la información con lujo de detalles :3

Gracias por darle la oportunidad a esta pequeña Amelia y al manos de axila :3

Vale rie*

Los adoro

♡ Los adoro ♡

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¿Me van a dejar? [Pasado MVDH #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora