72| Viernes 13 de enero del 2006

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⸺ ✉ 72. Viernes 13 de enero del 2006 ✉ ⸺


Querido diario mental:

En algún momento debía hablar con Amax y hoy fue ese día.

¿Se puso incómodo? Recontra.

¿Valió la pena? Cada nanocentímetro.


—¡Amelí!

La no tan pequeña frena al instante. Se lamenta no haber sido lo suficiente rápida en su escapada apenas lo vio cruzar el pasillo.

—Ven aquí ahora mismo —le ordena.

Los murmullos no tardan en llegar. Varios se sorprenden que la famosa Amelia, quien derribó de un solo golpe a alguien que le doblaba el tamaño, sea gritada de ese modo.

Porque después de que se corrió la voz de lo que hizo varios se ganaron su respeto y otros varios su temor. Así que se aseguran de no hacerla enojar o podrían terminar peor que el tal Rick.

Amelia suspira, se da la vuelta y camina hacia su amigo.

—¿Qué pasa? —Fija sus ojos en el suelo ya que aún no se atreve a mirarle a la cara.

Max le da un suave golpe con sus nudillos en su cabeza, que más fue un empuje que golpe. Pero eso basta para que varios exclamen sorprendidos y asustados de lo que vaya a pasar.

—¡Au! —Se queja mientras se soba.

—Eso fue por estar evitándome. —Se le ve serio.

—Tú también me estabas evitando —balbucea.

—¿Qué? —Se inclina hacia ella ya que no pudo escucharla.

—Cómo quieres que esté tranquila luego de que me dieras mi primer beso —continúa balbuceando.

Esta vez Max sí pudo oír lo que dijo y se sonroja al instante.

—Ven conmigo. —Toma su mano y se la lleva.

Los latidos de Amelia enloquecen a cada paso que dan debido a que están tomados de la mano. Y aunque fuera a enloquecer no tiene interés en soltarse.

Pero Max lo hace al detenerse, lo cual le decepciona un poco.

Observa su mano al aún sentir su tacto y se muerde el labio ya que quisiera seguir sintiéndolo. Sacude la cabeza ante la pervertida petición.

—Amelí.

Se estremece ante el llamado. Aún con la cabeza gacha mira a cada lado para ver en donde están. Es el gimnasio.

—¿Cómo entramos aquí? —Endereza la cabeza para apreciar mejor su alrededor—. Creí que lo cerraban con llave.

—Tengo una copia —responde con rapidez—. ¿En serio vas a hablar de eso ahora?

—Ah. —Apenas sus miradas se encuentran la desvía al suelo—. ¿Qué pasa?

—¿Te incomodó que te besara?

El termómetro de la no tan pequeña llega al máximo.

—¿¿Cómo puedes decir algo así en voz alta?? —chilla mientras se cubre la boca con una mano y lo señala con la otra.

—Responde —dice con seguridad a pesar de que su cara esté toda roja.

—¡No voy a responder eso! —Se da la vuelta, cada vez más avergonzada.

¿Me van a dejar? [Pasado MVDH #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora