Capítulo 9

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— ¿Puedo pasar?

Este asintió sin despegar la mirada de mi, se puso para un lado y me dejo pasar, entre algo tímida observando toda la casa, era simplemente maravilloso, me giré para mirarle mientras cerraba la puerta.

— Gracias por haber venido.

— Sí bueno, no es nada.

— Bien, los niños están en la sala de cine viendo una película.

Asentí abrazándome a mi misma sin mirarle,  se quedo delante mío y vi como respiraba hondo.

— Bueno...

— Aida, quería pedirte disculpas por lo de ayer, nunca fue mi intención ponerte en una situación incomoda.

— Da igual, voy a buscar a los niños, permiso.

Sin preocuparme de si pretendía hablar conmigo o no me encamine rápido a la sala de cine, la cual no tenía ni idea de donde estaba.

— Mason, psss— Susurré para ver si los encontraba.

Miré en todas las puertas de manera cuidadosa como si de un ladrón me tratara, segundos después sentí una mano en el hombro, lo que me hizo asustarme y golpearme la cabeza con la pared, me llevé la mano a la zona dolorida y emití un quejido de dolor.

— ¡Dios mío Aida! ¿te encuentras bien querida?— me preguntó el señor Henry con cara de susto al ver lo que había pasado.

Me quité la mano de la cabeza y sonreí como si en mi vida hubiera  roto un plato, sentí las mejillas totalmente calientes, ¿Cómo podía ser tan sumamente patosa?

— Si señor Henry, no se preocupe, simplemente me asusté.

— Lo siento querida, no era mi intención, ahora me gustaría saber por que estaba caminando por la casa como si fuera un intruso.

Sonreí todavía más y empecé a juguetear con los dedos, sintiendo mis mejillas ponerse más rojas, este me miró divertido mientras intentaba aguantarse la risa.

— Yo vera... si hijo me dijo que los niños estaban en la sala de cine y claro el muy listo no me dijo dónde se encontraba, por eso tuve que buscarla yo misma y claro esta casa es enorme ¿sabe que tiene una casa preciosa? bueno el caso es que me puse a revisar por todos lados intentando no molestar, pero claro no me esperaba que...

— Aida, respira querida, que te vas a ahogar, tranquila, no me preocupa en absoluto haberte encontrado por ahí husmeando, te entiendo no sabias donde estaban los niños.

— Si, el caso...

— Por favor no hables, no necesito explicaciones— Me interrumpió levantando una mano pidiéndome silencio mientras sonreía.

— La sala de cine se encuentra en esta planta, vas por ese pasillo girando a la derecha y la puerta doble de color negro ahí es, no tiene perdida.

— Gracias señor Henry.

— De nada querida, disfruta del día y sí necesitas algo no dudes en pedirlo—  dijo antes de darse la vuelta y marcharse.

Respire hondo y me volví a frotar la cabeza haciendo una mueca de dolor , la cual me había estado conteniendo, caminé en dirección a la sala y entre sin llamar a la puerta.

— ¡¿Alguien a pedido a la mejor niñera del mundo?!— Exclamé abriendo los brazos y sonriendo.

— ¡Aida! — Gritaron los dos niños antes de correr en mi dirección y tirarme al suelo al abrazarme.

Una niñera a la españolaWhere stories live. Discover now