Extra 3

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18 años más tarde

— ¡Mamá!— Rodé los ojos sin dejar de revolver la ensalada al escuchar los gritos de Triana.

Decidí no decir nada y esperar a que entre a la cocina lo cual no tardó en hacer en menos de un segundo, siendo seguida por Christopher y Mason.

— ¡Mamá!

— Triana no grites por el amor de dios, te escucho perfectamente— le dije señalándola con una cuchara de madera— ¿se puede saber que os pasa?

— Venga dile listilla, cuéntale a mamá— Dijo Christopher cruzándose de brazos mirándola con reproche a lo que su hermana le correspondió con el mismo gesto.

A pesar de tener treinta y dos años y su hermano veinticinco seguían comportándose como unos críos cuando se lo proponían.

— ¿Algo que decir jovencita?— pregunté con una ceja levantada.

— ¡Si! que estos dos imbéciles no dejan de meterse en mi vida como si...

— Alto ahí ahora no vengas de victima que tu era la que se estaba metiendo lengua hasta la campanilla con el niñato ese.— no pude evitar mirar sorprendida a Mason y después a su hermana.

— ¡Es mi maldito novio!

— ¡No puedes tener novio, eres una niña!—Gritaron los dos a la vez.

Antes de poder decir nada Colton apareció por la puerta con el ceño totalmente fruncido.

— ¿Se puede saber que pasa aquí?

— Que tu querida hija se estaba comiendo la boca con un niñato a la entrada de nuestra casa

Me llevé la mano a la frente en cuanto que el mayor de mis hijos soltó aquella noticia lo cual hizo que a Colton le temblara un ojo y se le hinchara la vena del cuello al saber que su pequeña princesita ya no era tan pequeña.

— Triana Isabel Fernsby Alonso, espero que tengas unas respuesta convincente para esto.

— Papi es que...— Se quedó callada unos segundo y se giró en mi dirección — ¡Mamá lo sabía y le aprecio bien!— Me señaló con el dedo, maldita traidora.

Los tres se giraron a mirarme esperando una explicación.

— Si lo sabía y me aprecio bien, Ethan es un buen chico además...

— ¡¿Lo conoces y no me has dicho nada?! ¡Donde quedo el no ocultarnos cosas Aida!

— Colton no se te ocurra levantarme la voz, además no tienes derecho a reclamarme nada. Sabía de sobra que esto pasaría, asumir de una vez que Triana no es una niña tiene dieciocho años y derecho a estar con quien ella quiera— Me llevé las manos a la cadera y miré a mis hijo— Y vosotros dos dejar de ser así, que nadie os ha dicho anda cuando os presentasteis aquí con aquellas mujerzuelas a las que en su momento llamasteis novias.

Los dos bajaron la cabeza sabiendo que tenía razón, nunca les prohibimos estar con alguien siempre y cuando tuvieran cuidado y fuera buenas personas, aquella vez cuando los dos nos presentaron a aquellas gemelas que eran sus supuestas novias ninguno opinamos, solo yo hable con ellos hable un día diciéndoles lo que a mi me parecía no lo que debían hacer, ya que prefería que se dieran cuenta ellos solos, simplemente les empuje

A lo que tuve razón y les ayudé a su labor de ver si eran buenas o no, a lo que resultaron ser unas caza fortunas buscadas por el gobierno de varios países.

— Por lo que no quiero ni una queja más.

— Esta bien— Dijo Colton y se giró a nuestra hija— Quiero conocerlo, mejor dicho queremos, le traerás a cenar el día que venga la familia de tu madre a pasar unos días.

— ¡¿Que?!

— Oh si princesa, si ese chico va enserio contigo pasará por todos y cada uno de nosotros, primos, tíos, abuelos, padres y hermanos

— Pero no es justo, mamá dile algo.

Me encogí de hombros, no pensaba discutirle eso a su padre por que estaba de acuerdo con su decisión.

— A mi me parece bien.

Esta simplemente nos miró, se fue pisando fuerte y murmurando en dirección a su habitación a la que una vez llego cerró de un portazo sabiendo que no había cosa que más irritara a su padre.

— ¡Triana te lo advierto, un golpe más y te castigo, me importa una mierda que tengas dieciocho años, aquí hasta los veintiuno no eres legalmente mayor de edad!

Los dos chicos sonrieron, les guiñe un ojo cuando me acerqué a mi marido y le abracé lo que hizo que se relajara devolviéndome el abrazo y dejando un beso en mi frente.

— Me va a volver loco.

— Es tu culpa por haberme embarazado en su momento y haber pedido una niña— Le dije con burla.

 Me miró con los ojos entrecerrados y miró mal en dirección a los chicos quienes reían por mi comentario mientras salían de la cocina.

— No me mires así Colton, es igual que tu

— Lo sé, no me lo recuerdes, voy a envejecer más por su culpa.

— No exageres, jamás nos ha dado ningún problema, además ya te he dicho que el chico es bueno.

— Todavía no me creo que no me lo dijeras Aida.

— Se lo prometí cariño y ella me prometió que te lo contaría, pero los chismosos de nuestro hijos se adelantaron.

Rió y me apretó más contra el.

— Confió en ella y en tu criterio

— Hombre eso espero por que si no tu y yo tendremos un problema, además no creo que debas alterarte hazlo cuando tengan sexo...— Me callé de golpe cuando el tic de su ojo volvió.

— Mierda.

Se separó de mi y caminó en dirección a las escaleras para empezar a subir.

— ¡Triana sal ahora mismo tenemos que hablar!

Negué con la cabeza y sonreí, sin duda amaba a ese hombre y la familia que teníamos anqué a veces fuera una familia de locos.

— ¡Me niego hablar de sexo contigo papá!

— ¡Me da igual te prohibo que...!

Si, una familia de locos de remate.

Una niñera a la españolaWhere stories live. Discover now