Capítulo 15

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Maratón 1/3

Colton

Observé a Aida jugar con sus sobrinos y mis hijos en el jardín de la casa, no pude evitar sonreír al verla actuar como toda una madre con ellos cuatro. Estaba tan absorto en mis pensamientos que no vi llegar a su hermano mayor hasta que estuvo a mi lado admirando la misma escena.

— Siempre se le dieron bien los niños, será buena madre en el futuro.

— No lo dudo— Dije dándole toda la razón

— Oye Colton, así entre nosotros, ¿te gusta mi hermana?— No pude evitar escupir el trago de cerveza que acaba de pegar ante su pregunta, me giré para  mirarle y este sonreía divertido

— Deduzco por tu reacción que es que sí.

— Yo bueno...es complica.

— Tan complicado ¿Cómo que tienes una prometida— Le miré con los ojos bien abiertos— Tranquilo no te juzgo, la chiquilla es mona, pero solo te pido que no le rompas el corazón a mi hermana.

— No pensaba hacerlo Fran.

— Lo se, eres buen tipo, pero yo solo te aviso que si lo haces no dudare en coger un vuelo a Nueva York y patearte el trasero por cabrón

— Tranquilo, no hará falta, si eso llega a suceder yo mismo me pateare el trasero y si no mis hijos.

— Se nota que la quieren mucho, eres joven ¿Cómo es que tu primer hijo es tan mayor?

— Digamos que un desliz adolescente.

—Comprendo... ¡Diego Alonso suelta ahora mismo las flores de tu abuela!

Miré adonde él había mirado y me encontré con uno de los gemelos sentado en el césped con unas cuantas flores en las manos  intentado metérselas meter en la boca, lo cual no hizo por el grito de su padre mientras le miraba con cara de susto.

— Niños— Murmuró Fran

— Que me vas a contar, a veces me pregunto por que no tuve una hija— Le digo con una sonrisa burlona a lo que el se ría.

— Yo pienso igual, pero solo de pensar que algún tipo intentaría estar con mi hija de mil maneras se me quitan las ganas

— Touché

Fran se levantó y posó su mano en mi hombro.

— Se bueno con ella, se merece el mundo.

Dicho eso se marcho dejándome totalmente pensativo.

Después de cenar la madre de Aida nos ofreció quedarnos en su casa, algo a lo que me negué, ya que tenía suficiente con sus hijos, pero la mujer insistió tanto que terminé cediendo después de las suplicas de Mason el cual no quería separarse de Aida

Subí las escaleras de la casa en busca de mis hijos guiándome por las risas y les encontré dentro de una habitación con Aida enseñándoles cosas, me apoyé en el marco de la puerta para observarles como miraban un corcho lleno de fotos.

— ¿Y esta?—Preguntó Mason señalando una de ellas.

— Esa fue cuando nos fuimos de vacaciones a Tenerife, fue sin duda uno de los mejores viajes, lo único que el final fue un poco catastrófico.

— ¿por?

— Nos caímos al salir del avión en Madrid, terminamos en el hospital, yo con un raspón en la pierna y esta amiga la rubia con el brazo roto.

Una niñera a la españolaWhere stories live. Discover now