Cinco.

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Los doctores tuvieron que hacer muchas pruebas antes de que Tsukishima se preparara para salir del hospital por primera vez en años.

Yamaguchi estaba bien con esperarlo fuera. Miraba a Tsukishima mientras corría prueba tras prueba. Lo llamaba un procedimiento simple. Tsukishima no solo tenía una enfermedad que amenazaba su vida, sino que tampoco había salido del hospital en años. Tuvieron que revisar su sistema inmunológico para asegurarse de que estuviera completamente apto para irse.

Pronto, Tsukishima fue enviado con una bolsa de equipo médico de emergencia y una charla de ánimo desagradablemente dulce.

"Entonces, ¿Adónde vamos?" Preguntó. Estaban caminando uno al lado del otro. Yamaguchi había estado observando a Tsukishima todo el tiempo, intentando ver si había alguna que otra diferencia en la expresión de su rostro. Quizás estaba disfrutando del aire fresco, del sonido de la calle, del calor del Sol.

No. El rostro de Tsukishima se veía igual de indiferente que siempre.

"Solo espera un poco. Ya casi llegamos, es arriba de la colina." Contestó. Tsukishima se encogió de hombros y sacó su iPod. Casi instintivamente, Yamaguchi agarró los auriculares y los colocó en los oídos de ambos. Finalmente despejaron las concurrida carretera y caminaron por un sendero tranquilo. El poco sonido que se podía escuchar provenía de los auriculares o de sus zapatos chocando contra el asfalto. Compartían un montón de momentos así. Un cómodo silencio compartido con música entre ellos. Aunque Yamaguchi amaba hablarle a Tsukishima, también amaba y disfrutaba los momentos en los que ambos estaban callados, tranquilos. Era todo muy sereno y se sentía muy familiar, como si hubiesen sido amigos por años en vez de por un par de meses.

"¡Ya llegamos!" Yamaguchi hizo un gesto hacia su casa. Abrió la puerta y dejó su mochila sobre la mesa de la sala de estar. "Puedes dejar tus zapatos allí."

Tsukishima se deshizo de sus zapatos y observó a su alrededor torpemente. "¿Tu casa? ¿Por qué estamos en tu casa?"

Yamaguchi se encogió de hombros y prendió la televisión. "No estuviste afuera por bastante tiempo. Pensé que podría ser un tanto mezquino llevarte a algún lugar con una muchedumbre y cualquier cosa. De todos modos, necesito un poco de ayuda para cocinar."

Tsukishima arrugó la nariz. "¿Para cocinar?"

"Sí. El equipo de vóley irá a un campamento de entrenamiento en Tokio en el fin de semana, y me ofrecí a llevar snacks. Son monstruos, Tsukishima." Yamaguchi sacudió su cabeza amorosamente ante el recuerdo de sus amigos. "Matarían personas por productos horneados."

"¿Un campamento de entrenamiento?" Tsukishima se veía un tanto decepcionado. "¿Por cuánto tiempo es?"

Yamaguchi frunció sutilmente el ceño luego de ver el rostro de Tsukishima. ¿Qué pasaba con él? "Una semana, ¿por?"

"Entonces, ¿te irás por una semana?" La voz de Tsukishima era más delicada y suave que lo usual, lo cual sorprendió a Yamaguchi. Espera un segundo. Eso podría significar-

Yamaguchi casi tira la mochila con suplementos que estaba sacando de la cocina. "Oh, de ninguna manera," carcajeó.

"Yamaguchi." Tsukishima intentó hablar en un tono amenazante, pero su rostro estaba tomando color de todas maneras. Yamaguchi rio aún más fuerte.

"¿Qué? ¿Me vas a extrañar o algo?" Yamaguchi se enjugó una lágrima perdida de la cara. Tsukishima le frunció el ceño y lo empujó sutilmente, haciendo que dejara caer la bolsa con harina que tenía en sus manos.

"Oh, mierda," Tsukishima maldijo y Yamaguchi dejó de temblar por la risa para poder agarrar una toalla y así limpiar la harina del piso. Le extendió una a Tsukishima.

promise me | tskym.Where stories live. Discover now