Diez.

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Yamaguchi tuvo que adaptar uno de sus dibujos a Tsukishima tocando la guitarra, porque eso era prácticamente todo lo que hacía hoy en día.

Tocaba un par de acordes, se daba un descanso, tipeaba algo en su computadora y tocaba un poco más. Yamaguchi apenas podía armar una canción coherente con todas las notas, no sonaba como algo que haya estado en su playlist.

Recientemente, Yamaguchi se había dado cuenta de cuánto se entrelazaba la vida de Tsukishima con la suya. Compartían música, arte, comida, videojuegos, y ocasionalmente ropa. Fue como si cualquier cosa que Yamaguchi viese y le perteneciera, automáticamente, se sentía como si a Tsukishima también le perteneciera, por defecto.

No obstante, dos cosas que nunca compartieron, fueron la libreta de Yamaguchi y la guitarra de Tsukishima. Yamaguchi recordaba la primera vez que le preguntó por ello, recibiendo como respuesta que jamás tocaría para él; ahora, allí estaba, tocando frente a él como si esa conversación jamás hubiese pasado. Yamaguchi sonrió ante la ironía.

"¿Por qué estás sonriendo?" Demandó. La sonrisa de Yamaguchi se hizo aún más grande.

"¿No puedo sonreír porque quiero?"

"Hm." Tsukishima prefirió dejar la conversación y volvió a jugar con las teclas. Yamaguchi dejó su libreta sobre el escritorio y se sentó al lado de Tsukishima, quien instintivamente se movió hacia atrás para darle un poco de espacio a Yamaguchi, sin quitar sus ojos de la guitarra.

"¿En qué estás trabajando?" Se inclinó para mirar a los ojos a Tsukishima.

Tsukishima se tensó y lo miró. "Una canción. Estoy intentando escribir una canción. No está yendo muy bien."

"Suena bastante bien. ¿Puedo escuchar?"

Tsukishima negó con la cabeza. "Nunca me muestras tus dibujos."

"Nunca preguntas para verlos. Yo estoy preguntándote." Hizo una pausa. "No pasa nada si no quieres. Eso está bien."

Tsukishima mordió su labio inferior. "Quiero mostrártela. Solo que... está incompleta."

"Entonces, muéstrame hasta donde hayas llegado." Se encogió.

Yamaguchi se inclinó hacia atrás para darle espacio a Tsukishima. Aclaró su garganta y asintió.

"Está bien. Solo un poco, entonces."

Tsukishima desplazó hacia arriba en su computadora, inhaló y rasgueó la guitarra.

Yamaguchi olvidó como respirar.

La canción no era nada especial, en retrospectiva. Estaba incompleta. Las notas estaban juntas entrecortadas y Tsukishima tanteó un par de acordes, pero la canción era lenta. Era triste. Se sentía como si Tsukishima estaba mostrando su alma al oyente, dándoles, silenciosamente, el permiso de arrancarle el corazón y pisotearlo.

No era muy buena, pero Yamaguchi no quería dejar de escucharla nunca.

Tsukishima dejó de tocar y metió la guitarra detrás suyo. "No es la canción, lo sé-"

Yamaguchi lo interrumpió. "Estuvo increíble."

Tsukishima parpadeó. "Ni siquiera está cerca de ser terminada. La toqué terriblemente mal."

"No me interesa. Me encanta."

Tsukishima estaba haciendo esa cosa linda de nuevo. La cosa en la que pasaba sus dedos por su cabello mientras pensaba. "En realidad, Akiteru fue quien me dijo de escribirla. Cuando vino a visitarme." Ah, entonces el nombre de su hermano era Akiteru. "Tomé tu consejo, lo llamo cada tanto. Me estuvo ayudando a escribir la canción. Me dijo que quizás me ayudaría a expresar mis sentimientos mejor porque, aparentemente, apesto usando palabras."

"Bueno, no está equivocado," Resopló, y recibió un delicado golpe en su brazo. No pudo evitar reírse. "¿Y? ¿Funcionó? ¿Qué tan expresados están tus sentimientos?"

Tsukishima rodó los ojos. "Mierda, eres muy denso." De alguna manera, se habían acercado aún más.

"¿Huh? ¿Qué se supone que significa eso?" Protestó, sin moverse de su lugar. El espacio que había entre ellos era menos del ancho de una pestaña, lo cual no le estaba haciendo exactamente un favor a su cerebro. ¿A qué se refería Tsukishima? ¿Por qué era denso? En todo caso, el denso era él por no darse cuenta-

Oh.

El último pensamiento que tuvo Yamaguchi antes de que el espacio entre ellos cesara, fue; la canción era para mí.

Fue breve, era como si ambos estuviesen muy asustados de lastimar al otro. Por un minuto, Yamaguchi se olvidó de toda la situación. Olvidó que estaba sentado en una cama de hospital, con un chico en sus brazos que tenía un temporizador en su espalda. Olvidó que quizás no tendría ese momento otra vez. Por ahora, ellos eran simplemente dos personas que se encontraron, y Yamaguchi no quería dejarlo ir aún.

"Toca una vez más para mí," Susurró.

Y Tsukishima lo hizo.

promise me | tskym.Where stories live. Discover now