promise me | tskym.

Once.

A Yamaguchi se le prohibió visitar a Tsukishima por las últimas dos semanas.

Tsukishima se enfermaba un montón ya que era un efecto secundario de su enfermedad, o eso era lo que le explicaba. Usualmente, eso significaba que Yamaguchi no tenía permitido visitar a Tsukishima por, máximo, tres días. Esos tres días eran una tortura para él.

Sin embargo, la enfermedad estaba mucho peor. Tsukishima difícilmente podía respirar, y cuando lo hacía, se sentía como si un punzante y agudo dolor estuviese apuñalando su pecho. Tsukishima no le dijo nada a Yamaguchi sobre ello mientras hablaban por teléfono, posiblemente para que no se preocupe, pero a menudo, Tsukishima se disolvía en ataques de tos dolorosos durante sus llamadas, lo cual hacía que el corazón de Yamaguchi se encogiera.

Tsukishima odiaba hablar de ello, por lo que Yamaguchi intentaba tampoco hacerlo. Le preguntaba como estaba al inicio de las llamadas para luego hablar de otra cosa. Cualquier otra cosa.

Estaba contándole algo a Tsukishima que había sucedido en la escuela, pero fue interrumpido en la mitad.

"Lo siento."

Pausó su historia, sorprendido por la disculpa de Tsukishima. "¿Por qué te disculpas?"

Tsukishima estaba callado. Desde el teléfono, Yamaguchi podía escuchar su respiración lenta. "Nunca quise ir afuera por una razón, Yamaguchi. No quería encariñarme con nada de afuera, pero tampoco quería que alguien se encariñara conmigo. No cuando sé que nunca voy a poder estar para ellos. Pero... me hiciste olvidarme de ello. Ahora te dejé entrar por completo, y eres tu quien va a salir lastimado a la larga."

Yamaguchi no supo como contestar a eso. Tsukishima tomó una respiración larga y temblorosa y continuó.

"Cometí un error, Yamaguchi. Me ena- Yo también me apegué demasiado a tí, y ahora, cuando muera, esto va a ser una tortura para ambos." Hizo una pausa. "Así que, quizás deberías-"

"¿Es eso lo que soy?" Demandó fríamente. "¿Un error?"

Su corazón dio un vuelco. "Yamaguchi, no, eres-"

"Déjame terminar." Inhaló bruscamente. "Yo soy quien entró a tu cuarto en primer lugar. Pasé todos los días contigo, arrastrándote afuera y me enamoré estúpidamente de tí. Eso depende de mí. Ambos estamos demasiado metidos ahora." Pausó un par de segundos para retomar el aliento. "Pero no considero que eso sea un error. No me arrepiento de haberte conocido nunca." Recordó su conversación de hace unos meses. Tsukishima le había hecho prometer que nunca se arrepentiría de llevarlo fuera.

Yamaguchi hizo esa promesa meses atrás, y tenía la intención de guardarla y cumplirla.

"Solo, prométeme algo." Finalmente habló. "Prométeme que no te arrepentirás nunca de haberte apegado a mí."

Tsukishima se quedó callado. Yamaguchi podía simplemente escuchar su lenta y poco profunda respiración. "¿Dijiste que te enamoraste de mí?"

El rostro de Yamaguchi tomó un fuerte color carmesí. "Dije que me lo prometas, Tsukki."

Yamaguchi podía casi escuchar la melancólica sonrisa de Tsukishima sobre el teléfono.

"Lo prometo."