En el que es +18

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N/A. Bien, el título lo dice. Los siguientes capítulos muestran contenido para mayores de edad. 

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Sin esperar una respuesta se inclinó sobre ella y la besó con intensidad. Sam le rodeó el cuello con los brazos al advertir que el equilibrio la abandonaba y que no podía mantenerse en pie; sentía las piernas débiles y todo su cuerpo temblaba como hoja al viento. No podía terminar de entenderlo, pero lo único que le importaba era el hecho de estar con él y esa era su realidad inmediata. En ese momento en el que él la abrazó y la apretó contra la mesa, cualquier otro pensamiento no relacionado al contacto de sus labios, se esfumó de su mente, como si él tuviese el poder de controlar todo lo que había en su cabeza.

Adam se separó de ella por un segundo solo para alzarla, sentarla en la mesa y colocarse entre sus piernas; luego de eso volvió su rostro al de la joven y continuó besándola. Su corazón latía desbocado y no podía controlar nada de lo que sentía, nada de lo que había dentro de él y que se movía como una tormenta. Se sentía desesperado, como si esos días al lado de la muchacha hubiesen consumido todo su control y su voluntad. Sabía que estaba perdido y que no podía dar vuelta atrás.

Ella no le había dicho si estaba o no enamorada de él, pero Adam lo sabía y aunque esperaba con ansias escucharla decirlo, no iba a pedírselo... no tenía idea de lo que podría hacer o sentir si la escuchaba decirlo, y de solo pensarlo, se dio cuenta de que su pulso se había acelerado. Fue entonces que ella se apretó contra su cuerpo y mordió su labio inferior. Adam no pudo hacer nada para pelear el impulso de quitarle el suéter y después de que lo pasó por encima de la cabeza de la muchacha, lo arrojó lejos.

La parte superior del cuerpo de ella se amoldó perfectamente a la de él. Se dio la oportunidad de proporcionarle el gusto a su tacto y recorrió con las yemas de sus dedos de la mano derecha, la pierna desnuda de la joven que se estremeció ante el cosquilleo que la exploración de él le causó. Sam le rodeó la cintura con las piernas y enredó sus dedos en los mechones de su cabello. Pudo notar que le transmitían un cúmulo de sensaciones que no había experimentado anteriormente.

Adam introdujo sus manos por dentro de la blusa de color negro que a ella le parecía que la calentaba como un horno en ese momento. Él se deleitó con el tacto de la piel aterciopelada de la espalda de ella y subió en círculos hasta que las yemas de sus dedos rozaron el borde del sujetador. Sam se arqueó contra él y profundizó el juego de sus labios contra los de él, ahondando más y más en la cavidad tibia de su boca, hasta que sintió que el corazón le martillaba en el cuerpo al reflejar el ansioso anhelo que crecía dentro de ella.

Los ojos dorados la miraron fervientes en cuanto se alejó de ella para introducir aire en sus pulmones y casi segundos después, volvió a inclinarse sobre el cuerpo femenino, pero esta vez recorrió con sus labios la mandíbula de la muchacha, los deslizó luego por su cuello para poder jugar con la piel tierna y caliente, que palpitaba con ardor; la obligó con su cuerpo a recostarse sobre la mesa, colocando una de sus manos en la nuca de la muchacha para protegerle la cabeza de la dura y fría superficie que ella sentía que contrastaba a la perfección con el calor intenso de su cuerpo. 

Un juego peligrosoحيث تعيش القصص. اكتشف الآن