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Taehyun tenía un mal presentimiento, desde que dejó el apartamento donde vivía con Hueningkai, ese mal presentimiento no dejaba de hacerse más y más presente.

¿Pero que era?

¿Será por la cafetería que dejaron a manos de Kai? No, no puede ser, ya lo habían dejado varias veces a cargo de él y no pasaba nada malo, es más, aumentaban considerablemente las ventas y las ganancias.

No podría relacionarlo con la escuela, porque los dos habían entregado todo, y también justificaron sus faltas.

Simplemente estaba intranquilo.

¿Debería llamar a Kai?

-¡Disculpe!- escucha una voz chillona llamarle, era un niño quién le veía temeroso- ¿Podría pasarme las galletas de chocolate?-

Lo olvidó, había ido al súper por golosinas y se había quedado pensando en Kai, Taehyun asintió, estiró su mano y le alcanzó las galletas al niño.

-¡Gracias!- dijo, dió una reverencia y se fué corriendo.

Taehyun vió al niño irse, tenía un gran parecido a cierta persona que siempre rondaba sus pensamientos.

Hueningkai.

Sonrió y caminó hasta encontrar algo que le llamase la atención.

Soobin estaba muy tranquilo, las ganancias de sus productos no hacían más que elevarse y todo iba bien

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Soobin estaba muy tranquilo, las ganancias de sus productos no hacían más que elevarse y todo iba bien.

Ya habían pasado cinco días desde que había salido con Hueningkai, sus espías le informaron un leve cambio en sus destinos y ahora Soobin ya estaba al tanto.

Se estiró en su silla y cerró el portátil con los ojos cerrados, inhalo profundamente y sonrió.

Podría tomarse un descanso.

Tomó su saco del perchero de su oficina, tomando su maletín que traía papeles y algunos dulces, cierra la puerta y se despide de Beomgyu quién se queda a cargo de todo.

Condujo hasta su casa y se arrepintió de inmediato apenas puso un pie en ella.

Estaba muy desordenada y sucia.

No podría asegurar que estuviera libre de plagas, no entendía tampoco el porqué estaba en tan mal estado si lo único que hacía ahí era existir.

Suspiró y se quita el saco dejándolo en una silla, se desabotonó los botones superiores de la camisa y recoje las mangas de ésta.

Tendría que poner manos a la obra o si no, jamás acabaría.

Fué hacia la cocina y abrió un cajón, de ahí sacó bolsas de basura y volvió a la entrada que, estaba conectada a la sala.

Su celular comenzó a reproducir el tono que utilizaba para las llamadas, así que tomo su celular que estaba en el bolsillo del pantalón y miró la pantalla.

short dickWhere stories live. Discover now