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—¿Pensabas hacerlo?— preguntó Soobin cuando ya estaban en el cuarto del menor

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—¿Pensabas hacerlo?— preguntó Soobin cuando ya estaban en el cuarto del menor.

—¿Qué cosa, hyung?

—Suicidarte—

Si pero no.

—No, hyung— dijo Hueningkai secándose el cabello con una toalla, estaban en el departamento que compartía con Tae, el segundo los vió y los dejó pasar con desconfianza por el estado que tenían.

—¿Entonces por qué estabas en el borde?—

Kai pensó un momento lo que diría, pero todas sus acciones sólo apuntaban a una cosa.

—Simplemente quería observar el paisaje y me distraje— se sienta en la cama y mira al mayor que tenía una mano en la cintura. —Soy joven, a veces hago cosas sin sentido.—

Si, tal vez no fué la mejor excusa pero era lo único que Hueningkai podía decir.

—¿Fumas?—

—No realmente, sólo quería probar un poco—

—Sostenias el cigarro con mucha confianza—

—Hmm—

—Necesitas ayuda, Hueningkai— Soobin sonaba muy serio y el menor sólo pudo formar una línea con sus labios.

—¿Qué está insinuando?—pregunta Kai volteando a ver a Soobin con la mirada apagada —No soy un adicto o algo por el estilo, hyung.

—Pero me temo que algún día hagas una tontería, yo te quiero— soltó Soobin, el menor quiso virar los ojos pero no lo hizo.

—Vayamos a cenar— ordenó Kai y se dió la vuelta, caminando hacia la puerta de la habitación.

Sin imaginarselo, Hueningkai fué agarrado por la muñeca y pronto el cuerpo de Soobin lo estaba rodeando, era un abrazo.

—Lo siento, ningnig, es sólo que por fin he encontrado a quién creo que puede ser alguien importante para mí, no quiero que me dejes solo, te ayudaré a superar tus problemas, te voy a apoyar pero por favor, por lo que más quieras, no me dejes solo— suplicó Soobin, Hueningkai sólo se dejó abrazar sin decir nada.

No sabía que pensar, no podía detectar la mentira en las palabras de Soobin en cambio había mucha seriedad y cariño.

Cariño que no se sentía “bien" para Hueningkai.

Sus emociones estaban traicionandolo, su corazón estaba sediento de amor, casi como una necesidad o algo con lo que no podría vivir.

Estaba odiando todo eso.

Ahora las ganas de llorar estaban atoradas en su garganta, muy presentes y a punto de salir pero no podía permitir eso, por lo menos no todavía.

Se separó del abrazo lentamente cómo si temiera hacerle algún daño al mejor y esa era la verdad, no quería hacerle daño con sus problemas.

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