Eres mía, Sakura.

Capitulo 4

Me quede un rato más con Naruto escuchándolo quejarse del comportamiento de Sasuke en la mayoría de los entrenamientos y también su carácter que tiene con Sakura que incluso la llegaba a insultar en las misiones por lo emocional que era. 

— El equipo 7 no debe de separarse.- dijo de forma molesta cruzándose de brazos.— Así empiezan a dividirse para luego nunca más volver hablar. 

Cerré los ojos con cansancio en cierto sentido Naruto tenia razón ya que fui testigo de muchos equipos ser disueltos porque siempre quisieron trabajar de forma individual, esto era lo que precisamente Minato-sensei quería evitar con nosotros y ahora es mi turno de evitarlo. 

— Hace unos días Sakura me pregunto si estaría al nivel de ustedes.- me senté aun lado de él viendo hacia el cielo.— A diferencia de ustedes ella no viene de un clan importante ni tiene habilidades especiales ¿Te gustaría que Sakura fuera débil solo porque no quieres que el equipo se separe?

Guardo silencio unos segundos con el ceño fruncido.

— Sakura-chan no es ninguna mujer débil ¿Ha visto como golpea?- su comentario me hizo reír levemente.— Pero, si lo expone de esa manera si me hace ver muy egoísta lo único que no quiero es que deje de verlos. 

— Siempre serán el equipo 7 no importe en donde este cada uno, pero, es justo que cada uno comience a formar su propio camino así como el tuyo es ser Hokage, el de Sakura es convertirse en ninja medico.- le sonreí tras la mascara.

Su clásica sonrisa adorno su rostro que ya se encontraba un poco menos tensó que al inicio de la conversación quise seguir hablando un poco más con él hasta que una nube de humo se presentó en frente de nosotros dejando ver a un señor de piel bronceada y largo cabello blanco.

— ¡Kakashi!– grito con emoción.— Precisamente a ti te eh estado buscando para entregarte esto.– de entre sus ropas saco un regalo en forma rectangular.— Te recomiendo abrirlo a solas.

Lo mire sorprendido aceptando de inmediato el obsequio, intuía de que se podía tratar así que no podía con las ganas de romper la envoltura. Mis manos temblaban producto de la emoción que estaba sintiendo había esperado por casi medio año la nueva edición de mi novela Icha Icha Paradise y ahora por fin lo tengo en mis manos.

— ¡Viejo pervertido deje de mostrarme esas cosas!– el grito chillón de Naruto logro sacarme de mis pensamientos.

Jiraya le mostraba un par de fotos de modelos en traje de baño que había conocido en sus largos viajes por la aldea; Naruto estaba rojo de toda la cara luchando por no voltear a ver las fotos.

— ¿Que te traer por aquí Jiraya?– guarde de manera delicada su obsequio en mi chaleco.

— Vengo a darle mi informe a Tsunade y pasar un par de días aquí en la aldea.– el es como un nómada que se dedica a viajar sin objetivo alguno.

— ¿Que relación tiene con la abuela para hablar de manera tan informal como esa?– Naruto no sabía cuándo cerrar la boca.

Jiraya lo volteo a ver ofendido y sorprendido por lo que había dicho, yo solo comencé a retirarme poco a poco para que no me metieran en la discusión que había iniciado; ya Jiraya sabrá cómo calmar a Naruto.
Mi objetivo era regresar a casa para leer el nuevo libro hasta que recordaba mi pequeña estudiante de cabello rosa y el mal momento que tuvo así que me dirigí a su casa específicamente a su habitación donde estaba ella acostada en su cama viendo hacia el techo.

— Tienes la mala costumbre de no cerrar las ventanas.– entre a su dormitorio admirando con más atención la decoración de este.

Sakura se levantó sorprendida de verme, sus ojos estaban rojos quizás debido al llanto. Rápido fue abrazarme con fuerza, acaricie su cabeza con delicadeza dándole tiempo para pensar. Me quite el chaleco junto con mis sandalias para que nos pudiéramos acostar juntos en la pequeña cama con ella abrazando mi torso.

— Sasuke-kun vino a discupalrse.– comenzó a relatar.— Le dije que no me importaba que se fuera a entrenar con Orochimaru al fin y al cabo cada quien es libre de hacer lo que desea.

Agradecía que Sakura fuera la más inteligente del grupo. Es la que le eh visto mayor crecimiento no solo físico sino también mental desde que se había formado el equipo, aún me acuerdo cuando siempre se ponía a llorar cada vez que veía a Sasuke herido.
Acaricie sus cabellos en señal de apoyo guardando silencio, cada uno sumergido en sus pensamientos.

— Lamento mi comportamiento de esta mañana por mi culpa ya no pudimos entrenar.– se sentó en la cama para poder hablar cara a cara.

También me enderece para comenzar a besar sus hombros hasta subir a su cuello dónde me entretuve un buen rato, su cuerpo comenzó a temblar y leves gemidos comenzaron a salir de su boca cuando mis manos acariciaban sus senos encima de la blusa.

— Aún podemos entrenar tu y yo.– le susurré al oido de manera sensual mordiendolo despacio.

— Aahh Kakashi.

Mis manos fueron bajando hasta sus muslos dónde los acariciaba hasta llegar a su intimidad que ya estaba húmeda pase mis dedos aún sobre el pantalón que tenía haciendo presión en la zona del clítoris.

— Pídeme que te haga mía.

Hacia la presión más fuerte sobre su clítoris y con la otra mano pellizcaba sus pezones, me acomode atrás de ella para que pudiera sentir mi erección tras su espalda sacando más jadeos de placer.

— Por favor... Kaka...– el sonido de la puerta ser golpeada otra vez interrumpió nuestro momento.

— ¡Sakura-chan! La hokage nos necesita.– el grito de Naruto nos advirtió que ya no podíamos continuar con lo nuestro.

Suspire derrotado alejándome de Sakura que comenzó acomodarse su ropa para después pasar al baño a echarse agua en la cara; me puse mi chaleco junto con mis sandalias y le di un último beso en los labios antes de desaparecer del lugar.
Llegue antes que el equipo al despacho de la Hokage quién estaba con Jiraya hablando de manera sería.

— Yo.– entre por la ventana causando enfado en la mujer.

— Que milagro que llegas temprano Kakashi.– menciono con burla la hokage yo solo me encogí de hombros.

— En uno de los senderos que me desvíe me trajo aquí ¿Que sucede?

Ambos se pusieron serios en especial Tsunade que tenía el labio inferior mordiendo, su expresión no solo era de seriedad sino también de tristeza.

— Hace unos días llegué a un pueblo muy extraño, de día todo parecía normal pero en la noche no había alma alguna en las calles.– comenzó a relatar Jiraya teniendo toda nuestra atención.— No me hubiera involucrado de no ser porque a cierta hora de la madrugada se escucharon gritos desgarradores de hombres y mujeres.

— No es por interrumpir lo pero puede llegar ya al punto de todo esto.– la desventaja que tiene Jiraya es que todo lo quiere hacer un libro.

— En esa aldea hacen sacrificios humanos sin importar que sean mujeres o niños, incluso hubo sacrificios de embarazadas.– contesto Tsunade.

— ¿De eso trata nuestra misión? Eliminar una secta.– no era un creyente de ninguna religión y una misión como esa solo está llena de personas fanáticas.

— Su misión es encontrar a unos ninjas de Konoha que su última ubicación fue en esa aldea, Kakashi, los padres de Sakura están desaparecidos y no sabemos si ya fueron sacrificados por esa secta o culto.– me miro de forma sería dándome cuenta de la gravedad del asunto.

— Dios.– susurré en shock.

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