Eres mía, Sakura.

Capitulo 14

— ¿Qué fue lo que paso Sakura?- no entendía de lo que estaba hablando y estaba comenzando a estresarme porque los tiempos que no hablábamos era un silencio de muerte y con el olor a humedad no me traía buenos recuerdos. 

No le comente a nadie de mi problema con respecto al silencio aun que fue fácil para personas como Gai descubrir que algo malo anda conmigo, me mostro su apoyo y conociéndome sabia que no iría a terapia así que me regalo una pequeña cajita musical que cabía muy bien en mis bolsillos así que la podía llevar a todos lados y si me encontraba en un silencio la tocaba.  

— No puedo decirle... se lo prometí a Tsunade-sama.- agacho la mirada con tristeza. Podía sentir abajo de mis manos lo huesudo que estaban sus hombros incluso se podría ver la clavícula tras aquella blusa que compre en la aldea.— Lo único que quiero es vivir tranquila con mi hijo. 

Suspire derrotado incluso hasta me sentí decepcionado con ella ya que había podido rescatarla de Sasuke junto con su hijo así que lo mínimo que esperaba era saber que estaba pasando. Muchos años alejados, cada quien vivió un infierno de alguna manera diferente pero el punto de todo esto es salir adelante y aun que Sakura tenga solo pocos días alejada del Uchiha podía jurar que su comportamiento seguía siendo sumiso. 

— Me paso a retirar. Bienvenida a Konoha, Sakura.- acomode de nuevo mi máscara sin voltear a verla.

Supe que mirada era de sorpresa total pero no se atrevió a detenerme ni aun que ya había cerrado la puerta tras mi espalda incluso hasta me quede unos segundos más con el corazón en la mano deseando que ella abriera la puerta y evitara que me fuera, eso nunca paso. 
La tardes en Konoha siempre se me hicieron tan melancólicas desde que por fin pude ver la luz del sol otra vez, aun así, disfrutaba el ver a los aldeanos haciendo compras y el olor a comida inundar el ambiente lamentablemente Sakura ni Sakumo podrían disfrutar de esto por un buen tiempo. 

— ¿Otra vez en las nubes mi eterno rival?- en frente de mi apareció Gai cargando varias bolsas de mandado.— Estaba a punto de irte a buscar a tu casa.

— Hola Gai.- no estaba de ánimos para aguantar una presencia tan energética como la de él pero en cierto modo también lo necesitaba y es que Gai es la única persona a la que puedo considerar un mejor amigo.— Acabo de regresar de una misión ni siquiera eh llegado a mi casa. 

Comenzamos a caminar hacia mi casa mientras escuchaba a Gai relatar como fue su última misión con su equipo y lo orgulloso que se encuentra de ellos. 
En mi ausencia, el equipo 7 se dividió por diferentes maestros y de esa manera tan individual fue que lograron terminar su entrenamiento echando a la basura los años que estuve con ellos enseñando la importancia de trabajar en equipo.

— Hay algo que tengo que contarte, pero, es algo que nadie debe de saber.- lo mire con seriedad entrando de una vez a mi casa que se encontraba limpia gracias a que cerré todas las ventanas y tape algunos muebles. 

Termine de ordenar la casa abriendo todas las ventanas y quitando las sábanas de los muebles, limpie principalmente la cocina donde estuvimos todo el tiempo preparando algo de comer.

— Encontré a Sakura.– por el rabillo del ojo ví como escupió el sake.— Tiene un hijo de 6 años.– él comenzó a toser golpeándose en el pecho.— Están aquí los dos en Konoha.

Gai seguía tosiendo ya no sé si por la impresión o es porque en verdad se había ahogado con la bebida, tuve que esperar a que terminara de hacer ruido para seguir continuando.

— Tsunade-sama le dijo que no podía regresar a la aldea y cuando le pregunté a Sakura que había pasado... No me quiso responder.– mire con tristeza algún punto de la cocina recordando la escena en donde estábamos los dos solos en la sala.— Ya no se que hacer.

En la cocina solo se escuchaba la radio que a propósito encendí por lo mismo del silencio que se iba a generar, Gai parecía todavía consternado mirándome sin poder creer lo que le dije ya que varias veces abrió su boca y luego la vuelve a cerrar como si se tratara de un pez fuera del agua.

— Es muy extraño que no le haya mandado a llamar a Naruto ¿De que la oculta?– se cruzó de brazos sobre la mesa y juntos comenzamos a pensar en una teoría.— ¿El hijo es de Sasuke?
Quizás por ser Uchiha la este protegiendo.

Negué con la cabeza recordando perfectamente como se presentó aquel niño en frente de mi.— Tiene el apellido de ella o al menos eso me dijo Sakumo.

Jugué con la botella de vidrio vacía esperando escuchar alguna otra teoría que logrará explicar porque todo el mundo actuaba tan extraño, parecía ser que los únicos "normales" somos Gai y yo, y eso que yo tengo todavía estrés postraumático.

— Tal vez solo deberías darle tiempo a que ella vuelva a tener confianza y te explique que fue lo que pasó.– note su resignación al momento de decir aquello y lo peor es que tiene razón.

— Ya deje que pasará mucho tiempo Gai.– lleve mis dedos al puente de mi nariz para calmar mi dolor de cabeza.— Fueron más de 5 años sin saber nada de ella y ahora que la veo actúa como si no me conociera.

Golpeó la mesa molesto o más bien frustrado de que todo esto me este pasando a mí. Entre divagar tanto entre mis pensamientos cayó como rayo el nombre y rostro de la única persona que me dirá la verdad no porque crea que es su deber sino porque le encanta ver a las personas sufrir.

— Debo de buscar a Sasuke Uchiha y exigirle que me diga la verdad.– dije con total seriedad viendo a Gai que tenía la boca abierta.

— ¡Estás demente Hatake!– grito exaltado tumbando varias cosas sobre la mesa.— Ese chico tuyo ya no es el mismo de cuando tenía 13 o incluso 16 años, es un desalmado y no dudara en atacarte el verte. Lo que menos quería hacer contigo será sentarse en una mesa a tomar té y hablar sobre su vida.

Sasuke y Sakura eran los únicos dos estudiantes que no sé cómo son ahora, pero, no nos atacó cuando fui a rescatarla ¿Eso debería significar algo no?

— Se me hace extraño que nos haya dejado ir con demasiada facilidad pese a que tuvo retenida a Sakura por muchos años. No tengo alternativa Gai, voy a buscar a Sasuke y haré que me diga la verdad.

— ¿Que pasa si lo que te dice no es lo que quieres escuchar?– me miro ahora con lastima.— ¿Cómo sabes que no te está mintiendo? Y lo que te dijo fue solo para lastimarte emocionalmente.

— Es un riesgo que debo de correr.– susurré más para mí mismo que para él.— Ya estoy cansado del silenció.

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Que hará Kakashi al respecto?

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