Eres mía, Sakura.

Capítulo 18

Cuando era niño una de las cosas que más me tranquilizaba era tomar un poco de té bajo algún árbol en la noche, el olor a sácate y a flores me daban esa paz que buscaba. Según Sakura, Sakumo es un niño que sacó mucho de mi así que lo invite al patio lo senté en una banca.

— Conozco a tu madre desde hace muchos años pero por situaciones ajenas a nosotros es que terminamos separados.– intenté sonar tranquilo sin demostrar lo nervioso que estaba.— Nunca me imaginé teniendo un hijo con nadie.

Vi como su mirada se apagó al decir aquello.

— Pero... Cuando te conocí por primera vez pude sentir algo inexplicable, algo que me dé que te conocía de toda la vida.– acaricie su alborotado cabello sacando sonrisa en ambos.— Lamento no estar para ti los primeros 6 años de tu vida pero te prometo que estaré el resto de tu vida.

Lo que hizo a continuación fue algo que no esperaba pero que en el fondo lo necesitaba, brinco a mis brazos dándome un fuerte abrazo por el cuello. No era la primera vez que lo abrazaba pero se sentía muy diferente a las demás, por fin pude hacer conciencia de que tenía a mi hijo entre mis brazos.

— Papá...– dijo entre lágrimas abrazándome con fuerza.

Sentí mi corazón explotar de felicidad al escuchar aquella simple palabra que viniendo de él era única y especial. Fueron años alejado de la mujer que amo y ahora que por fin la vuelvo a ver es con un hijo de ambos; no eh sido el mejor padre mucho menos el mejor amante pero a partir de ahora me propongo hacerlo feliz a ambos. 

6 años después.

Resumir lo mucho que habia cambiado mi vida desde que supe que tenía un hijo me llevaría todo el día; nos fuimos de la aldea al día siguiente ya que la persona más importante para mí esposa la había vendido por conveniencia así que era muy difícil para nosotros convivir con gente así. No perdimos contacto con Konoha al fin de cuentas prometimos regresar cuando Naruto se convierta en hokage que es el día de hoy.

—Buenos días...– abrace con fuerza su desnudo cuerpo atrayendola hacia mí. Respiré con fuerza el olor de su cabello disfrutando nuestro momento en la cama.— ¿Dormiste bien?

— Buenos días amor.– me beso en los labios acurrucándose más en mi.— Dormí excelente ¿Y tú?

Estos momentos eran los mejores del día: despertar con ella en mis brazos.
Nos habíamos mudado a la aldea de la arena por suerte el Kazekage nos ayudó más de lo necesario dándome trabajo como ninja y a Sakura como médico en el hospital, gracias a eso pudimos conseguir nuestra casa para Sakumo y nuestros gemelos.
Hiro y Tadashi fueron nuestro regalo de aniversario después de un año de casados, ambos son una copia de mí solo que Tadashi nació con heterocronomia es decir que uno de sus ojos es negro y el otro color verde; su carácter es como el de Sakura así que siempre son el centro de atención dónde quiera que vayamos.

— Sakura quiero otro hijo.– acaricie con mis manos todo su cuerpo hasta llegar a sus senos atrapando el pezón entre mis dedos.— ¿Te acuerdas del sexo rudo que teníamos en tu casa?

Comencé a besar su cuello incluso hasta deje pequeñas mordidas sabiendo que eso la excitaba; su cuerpo comenzó a temblar y a ponerse rígido luchando por no caer en la tentación. Me puse encima de ella sin aplastarla metiéndome entre sus piernas frotando mi erección con su húmeda vagina, la bese con pasión enredando nuestras lenguas para callar sus gemidos.

— Kakashi... Hazlo rápido, los niños.– tenía un enorme sonrojo en su cara viendo con preocupación la puerta de la recámara.

— Tranquila amor ellos estarán felices porque sus papis están haciendo otro hermanito.– comencé a introducir me en ella lentamente sintiendo el intenso calor de su cavidad que mi pene se podía fundir allí mismo.— Aahhhh... Aahhhh estás muy apretada.