Naruto se despertó bruscamente con su cicatriz pinchándole mientras sentía que algo suave se despegaba de sus labios. Abrió los ojos y se encontró con el rostro de Erina muy cerca del suyo, con una pequeña sonrisa.
-Hay que darnos prisa, Naru. La señora Weasley dice que vamos a perder el tren.
Había una gran confusión en la casa. Por lo que oyó Naruto mientras se vestía a toda prisa dedujo que Fred y George habían hechizado sus baúles para que volaran escaleras abajo para no tener que llevarlas, con el resultado de que habían herido a Ginny y la habían empujado dos pisos de escaleras hacia el Hall donde la Señora Black y la Señora Weasley chillaban con todas sus fuerzas.
-PODRIAN HABERLA HERIDO SERIAMENTE, SON IDIOTAS.
-ENGENDROS INMUNDOS , DESHONRAN LA CASA DE MIS PADRES...
Hermione entró aceleradamente en la habitación mirando nerviosamente, justo cuando Naruto se ponía los pantalones. Kurama estaba sobre su hombro, y llevaba a Crookshanks en sus brazos.
-Mis padres acaban de enviar a Kurama de vuelta-La lechuza revoloteó por encima y se posó en la parte alta de su jaula-¿aún no estás preparado?
-Casi ¿Ginny está bien?-Preguntó Naruto, poniéndose mientras se quitaba su camisa, mostrando su tonificado cuerpo, ante el deleite de Erina, y la mirada avergonzada de Hermione que voltio la cabeza hacia otro lugar, admirando la pared como si fuera la cosa más interesante del lugar.
-La Señora Weasley lo ha arreglado todo-dijo Hermione, volteando a ver a Erina y a Naruto nuevamente-. Pero ahora la queja de Ojo Loco es que no podemos irnos a no ser que Sturgis Podmore llegue, si no la escolta no será eficaz.
-¿Escolta?-dijo Harry, entrando a la habitación acomodándose las gafas-. ¿Vamos a ir a King's Cross con escolta?
-ustedes van a ir a King's Cross con escolta-le corrigió Hermione, señalandolo a él y a Naruto.
Naruto bufo y frunció el entrecejo. No era un niño indefenso, y tampoco es que Voldemort lo esté esperando en alguna parte de Londres para asesinarlo. Sería difícil que una persona tan... peculiar, pasará desapercibida.
-¿Por qué?-dijo Harry enfadado-. ¿Estás diciendo que creen que Voldemort va a saltar de detrás de un cubo de basura y va a intentar matarnos?
-No lo se, es solo lo que dice Ojo Loco-dijo Hermione distraídamente, mirando su reloj-, pero si no salimos pronto, vamos definitivamente a perder el tren...
-Bueno, cobra más sentido al saber de quien es la idea-dijo Erina, sarcásticamente.
-¡BAJAR TODOS AQUÍ AHORA MISMO, POR FAVOR!-Gritó la Señora Weasley, y
Hermione saltó como si se hubieraquemado y corrió fuera de la habitación. Naruto agarró a Kurama, lo metió en la jaula, sin ceremonias, y salió a la escalera tras Hermione, arrastrando su baúl, seguido por Harry y Erina que cargaban sus respectivos baúles.El retrato de la Señora Black gritaba con rabia, pero nadie se molestó en cerrar las cortinas encima de ella; todo el ruido del salón había servido para despertarla de nuevo
-Harry, tu vendrás conmigo y con Tonks -dijo la Señora Weasley, por encima de los gritos de: ¡SANGRE SUCIA! ¡ESCORIA! ¡CRIATURAS MUGRIENTAS!
-Coge tu baúl y tu lechuza, Alastor va a encargarse del equipaje... OH, por el amor del cielo, Sirius, ¡Dumbledore dijo que no!
Un perro negro parecido a un oso apareció al lado de Naruto y se subió encima de varios baúles, desordenando el salón para llegar con la Señora Weasley.
‐Oh, sinceramente...-dijo la Señora Weasley desesperada-Bien... tu sabrás lo que haces. Anda con Naruto, cualquier cosa, el podrá traerlos de vuelta aquí.