Ambos eran una pareja unida por el mismísimo destino, pero, ¿y si ellos no querían estar juntos?
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Para escapar de un pasado que lo ahogaba, Eiji se inscribe en una de las mejores universidades de Londres mientras lucha por ocultar quien es y que h...
Mi mañana estaba más que dispuesta a torturarme. No sólo tenía que soportar tener un terrible dolor en todo mi cuerpo por el pasado celo, si no que, además mi cuerpo comenzó a reaccionar de forma rápida como si estuviese a punto de entrar nuevamente en otro.
Y todo se fue al caño cuando mi cuerpo fue obligado a detenerse por un joven de piel oscura y rizos completamente desordenados por todo el lado derecho de su rostro. No era especialmente atractivo, pero el aroma suyo lograba hacerme sentir tonto y mareado. Me ahogaba en un pasional calor al ver sus ojos marrones y con pestañas terriblemente largas.
Pero, aunque cierta parte mía deseaba caer en sus brazos sin pelear, mi orgullo se mantenía estable y lo empuje en cuanto su rostro comenzó a acercarse sin permiso.
— ¿Qué crees que haces, estúpido? — Hablé, con la respiración agitada. Trate de taparme el cuello lo más pronto posible, el cual había dejado visible al desabotonármelo por el agonizante calor en mi cuerpo.
Nuevamente sin importarle el espacio propio, el chico volvió a tocarme y coloco sus manos en mis hombros. — ¡Eres mi pareja predestinada! — Dijo, casi gritándolo.
El miedo comenzó a aparecerse en mi corazón cuando muchos transeúntes se empezaron a detenerse, intrigados por el barullo nuestro.
Por culpa de este imbécil, podría ser descubierto públicamente mi género.
Aproveche lo tonto que lucía observándome, para darle un cabezazo que lo lanzo lejos de mí y nos dejo la frente roja a ambos. — ¡No te me acerques de nuevo, asqueroso! — Tomé mi maletín y me di la fuga por los pasillos de la Universidad.
Genial, acababa de perder mi primera clase del día.
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