Jules

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— Isidora, ¿por qué llevas esa ropa? — Avery clavó una mirada extraña a la mayor de mis hermanas, logrando que también me voltease. Recién volvía de la universidad, tenía el cabello completamente mojado y utilizaba ropa ancha, completamente diferente a la que llevaba puesta encima esta mañana.

— ¿Te cambiaste? — Murmuré. 

Ella suspiro, resignada. — Unas chicas betas me atacaron en el baño, lanzandome pintura blanca — La pequeña Kiki corrió a su lado, tomandole la mano para arrastrarla a la mesa del comedor. — Me llamaron prostituta, fácil, calentona; nada fuera de lo normal, no son muy creativas con los insultos.

— ¿Cómo que te atacaron? ¡Isidora! — La siempre calmada Avery se acercó desesperada hacia mi hermana, revisando su cuerpo para encontrar algún fallo y mirandola con preocupacion. — ¡Han ido tan lejos, esas horribles!

— Mamá, esta bien. Es normal.

— ¡No lo es! — Repliqué, recibiendo una mirada indiferente de Isidora.

— Porque ustedes no son omegas. Londres no es diferente de Niza*, allí también existe esta clase de abusos; lo unico que sobresale es la gran increíble cantidad de alfas y betas — Acaricio el rostro preocupado de Kiki, para levantarse de la silla y caminar hacia las escaleras, con objetivo de ir a su cuarto. — Estoy seguro que estan acostumbrados de que los Omegas se escondan y oculten quienes son.  Y claro, ¡llegué yo! ¡A mí que me importa que ellos no me soporten! ¡Esos pelotudos! — Susurró las últimas palabras en español, con su tan reconocido acento.

Ella se marchó canturreando, como si se tratase otro día más. Avery y yo nos observamos, preocupados; Isidora era orgullosa, no delataria a ningún agresor y ninguno podrá hacer algo.

Y sí, no fue el primer ataque y tampoco el último.

*Niza = Ciudad de Francia, antiguo hogar de la familia.

*Niza = Ciudad de Francia, antiguo hogar de la familia

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¡No quiero tu amor! ©Where stories live. Discover now