Capítulo 1

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Me encontraba corriendo por los pasillos de la academia de héroes y de vez en cuando echándole un vistazo a la hora que mostraba mi celular. Moriría de ansiedad, mi mente pensaba solo una cosa.

—Clase 1-A. —murmuré posando mi vista en el cartel que indicaba el nombre del salón, y un escalofrío recorrió mi espalda al notar el tamaño exagerado de las puertas.

Cuando me dispuse a tocar la puerta sentí mucha emoción, pero a la vez inseguridad. Bajé la cabeza sin darme cuenta y mis pensamientos invadieron de manera inquietante cada parte de mi cerebro.

—¿Podré hacer amigos sin problemas?, ¿Y si son todos unos amargados?, ¿O tal vez excesivamente alegres? —me hablé a mí misma casi en un susurro inaudible, o eso creía.

—¿Va a entrar o prefiere fingir que es una estatua? —comentó una voz masculina—. Aunque no creo que le vaya muy bien con eso. —añadió, sin una chispa de gracia.

Di un brinco del susto, no había notado la presencia del mayor. El de barba y larga cabellera azabache me miraba con pereza, sus ojos parecían los de un mapache. Trague saliva tratando de asimilar la situación, pero mis palabras no querían colaborar.

—¡Oh! ¿Será de nuestro curso? —interrumpió una aguda voz femenina.

Mi vista se dirigió a ella al instante, encontrándome con una chica de melena castaña y grandes ojos del mismo tono, que me ofreció una cálida sonrisa de labios cerrados. Yo reaccioné y le devolví la sonrisa con rapidez para luego fijar mi atención en el adulto, él soltó un suspiro irritado y abrió más la puerta, permitiéndome el paso.

—Muchas gracias. —agradecí, la emoción volvió a mi cuerpo.

Ingresé y busqué un asiento libre, paseando mis ojos por todo el salón, y al no encontrarlo miré al azabache con timidez. Aclaré mi garganta antes de hablar.

—Disculpe, no hay asientos libres. —informé algo incómoda mientras me removía en mi sitio algo nerviosa—. Todas las miradas se posaron en mí ya que, era la única estudiante parada en medio del salón.

Antes de que el azabache hablara, un chico rubio con un creativo mechón negro junto a otro de baja estatura se levantaron de su asiento.

—¡Puede sentarse conmigo, yo me puedo sentar en sus piernas! —ideó el de esferas moradas, su rostro estaba rojo y de la comisura de sus labios escurría saliva.

El mayor observó a los chicos con algo de enojo y cansancio, tal vez estuvo a punto de reclamar, pero el rubio se le adelantó.

—Yo le puedo ofrecer mi asiento. No puedo permitir que una hermosa dama esté ahí parada. —elogió, confiado de sus palabras y con una sonrisa deslumbrante—. Podría cansarse. —añadió con un tono coqueto.

Estaba algo confundida por la situación, pero eso no evitó que soltara una pequeña carcajada por su comentario. Finalmente les agradecí bajando mi cabeza antes de tomar soluciones razonales.

—Eres muy amable... —agregué con una sonrisa—. Pero seguiríamos con el problema principal. Falta un asiento, así que, gracias de todas maneras.

Él sonrió de vuelta con sus mejillas sonrojadas, seguramente avergonzado. Mi vista se dirigió hacia un chico de cabello verde esponjoso que se había levantado del asiento con su mano levantada, pidiendo permiso para hablar.

—Aizawa Sensei, yo podría ayudarla a traer un pupitre que no necesiten en alguna otra clase. —ofreció el estudiante con amabilidad. El mayor asintió con lentitud y mostró su dedo pulgar.

—Agradezco tu ayuda, Midoriya. —expresó el profesor con su mirada perdida en la ventana—. Si no me equivoco... En la clase 1-B hay un pupitre de más, ese debe ser el que falta aquí. —añadió pensativo.

Patéticamente Perfectos  [Denki x Tn] [Terminada]Where stories live. Discover now