Patéticamente Perfectos [Denki x Tn] [Terminada]

Capítulo 20

[Meses después]

Denki y yo nos encontrábamos en la solitaria biblioteca. Él presionaba su cabeza con ambas manos tratando de concentrarse en el estudio, pero le era imposible. Ya aburrido y frustrado decidió hacer aviones de papel.

—¿Y bien? —pregunté mirándolo de reojo.

Él pareció haber despertado de su trance y comenzó a buscar frenéticamente entre los papeles la respuesta.

—La respuesta sería... ¿67? —contestó inseguro al no entender sus propios números.

—¿Qué dices? Estamos en historia. —corregí, frotando mis ojos ya cansada—. Si no quieres seguir, lo podemos dejar hasta aquí.

—No, no. —negó rápidamente—. Esta vez me voy a concentrar.

Suspiré y volví a mirar el libro de historia para ayudarlo, pero él volvió a estar en su mundo, ahora su mirada estaba perdida en mis labios. Me acerqué y le robé un beso, él se sorprendió e iba a hablar, pero lo callé poniendo mi mano en su boca.

—No lo repetiré otra vez, señor Kaminari. Estudia. —ordené con el ceño fruncido y él suspiró—. Debemos darle un buen futuro a Don gato vaca.

—Ya, pero seremos héroes. No es necesario estudiar. —debatió, tratando de morder mi mano para que la quitara.

Agarré un libro y lo golpeé en la cabeza, recibiendo un quejido de su parte.

—Por supuesto que es importante estudiar. Dime, ¿De qué te sirve tener un poder si no tienes nada aquí? —señalé mi cabeza refiriéndome al cerebro.

Denki apoyó su cabeza en la mesa aburrido. Tomé aire y me levanté para luego dirigirme hacia las estanterías mientras él se quejaba en silencio. Observé las portadas de algunos libros para distraerme, uno rojo llamó mi atención y lo agarré para mostrárselo al rubio eléctrico. Caminé en dirección a él y me encontré con la sorpresa de que se había quedado dormido. Me acerqué y agité su hombro un poco, pero sólo conseguí un gruñido.

—Bebé dormilón, despierta. —susurré tratando de despertarlo amablemente, pero era imposible—. ¡Kaminari!

—Estoy despierto, mamá... —murmuró frunciendo el ceño, para luego girar su cabeza en dirección contraria.

—¡Si estás despierto deberías tener los ojos abiertos! —agregué alzando la voz, sin embargo, un «Shh». De las pocas personas que se encontraban allí hizo que la bajara de inmediato.

—Si tanto quieres que despierte, bésame como en el cuento de la bella durmiente. —pidió con una voz algo ronca. Era imposible enojarse con él.

Suspiré con cansancio y me aproximé hacia él, rocé mis labios contra su cuello de manera seductora. Denki pareció sonreír satisfecho y yo rápidamente mordí un pedazo de su piel sin ejercer tanta fuerza en respuesta a su pereza, obteniendo otro quejido por su parte.

—¡Hey! —llamó mi atención—. Eso dolió un poco...

—Ah, por cierto... —hablé mientras sacaba mi celular—. No tengo batería, ¿Podrías cargarlo?

Él sonrió, supuse que recordó la vez que le había pedido por primera vez que lo cargara. Solté una ligera carcajada a lo que Denki me imitó y la gente volvió a hacernos callar.

Finalmente el rubio agarró mi celular y su cargador para luego ponerlo en su boca y comenzar a llenar la batería de este. Le di palmaditas en la cabeza felicitando su acción y él me observó con una expresión de inocencia, luego agarró un lápiz y escribió en su libreta «¿Y si mejor vamos a comprar unos lápices antes de estudiar?». Aguanté la risa y lo miré con mis cejas alzadas.

—¿Para qué necesitas lápices? Ya estás escribiendo con uno. —respondí mirándolo directamente a mis ojos.

Hizo puchero, era obvio que intentaba buscar una excusa para librarse de sus estudios. Al cabo de unos minutos, accedí a sus planes y quité el cargador de su boca.

—Vamos, deja esto aquí. La tienda no está muy lejos. —añadí mientras caminaba en dirección a la salida de la biblioteca, Denki no dudó en levantarse y seguirme.

Justo al frente había una tienda donde se encontraban cosas muy variadas, entramos y esperé a que él buscara qué hacer. Pronto se dirigió hacia la sección de videojuegos, dejé escapar un suspiro y solté una carcajada.

—Sí, claro... "Lápices". —repetí, llamando su atención.

—Bueno... Ja, ja, ja... Que cosas, ¿no? —contestó con una pequeña risilla traviesa.

Lo seguí prácticamente por toda la tienda, pasó por los videojuegos, útiles escolares y finalmente ropa... De bebés. Agarró un pijama de Pikachu muy pequeño y se volteó a verme con una amplia sonrisa, al instante me di la vuelta y comencé a caminar en otra dirección. Él me alcanzó y abrazó por la espalda.

—Rayito, sería bonito ¿no lo crees? —sugirió mostrando el pijama, aclaré mi garganta algo nerviosa.

—Sí, bonito. —respondí, pero antes de que su emoción se expandiera, volví a hablar.—. Somos estudiantes aún, cariño.

—Ya... Tal vez ahora no, pero pensando en el futu... —intentó seguir insistiendo, pero lo paré en seco.

—Estudiantes, Kaminari. No me hagas repetirlo otra vez... Primero debemos centrarnos en ser héroes y en que nuestra relación sea duradera. —murmuré acariciando su mano—. Debes pensar en el presente también.

Él suspiró e hizo puchero, pero luego asintió comprendiendo la situación y comenzó a acariciar mi vientre.

—Esta bien, pero algún día sí o sí llevarás un bebé aquí y será mio. —añadió con una gran sonrisa, sonreí al darme cuenta que él nos veía juntos hasta el punto de ser padres.

Asentí, su caricia me tranquilizaba.
Estuvimos unos segundos abrazados y luego seguimos caminando, pero esta vez de la mano. Algunas personas se nos quedaban mirando, ya que Denki seguía con el pijama de bebé en la mano, nosotros nos limitamos a reír por las reacciones.

Nuestra relación estaba más que perfecta, solíamos tener peleas bobas, pero se solucionaban al instante, ya que él odiaba que estuviéramos peleados. A futuro esperábamos ser grandes héroes y llegar a tener una familia, Denki tenía la fantasía de convertir a todos los integrantes de la familia en Pikachus.

Definitivamente conocer a este rubio eléctrico fue la mejor decisión que había tomado. Juntos éramos patéticamente perfectos.

✨Gracias por acompañarme en esta historia✨
(❤️).

Fin.