Era el verano antes de comenzar la escuela, y Aurora estaba preparándose para entrar a su último año en Hogwarts.
Los planes de tranquilidad y soledad cambian cuando su padre decide que el joven Malfoy se quedará mayor parte del verano en la Man...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Aurora estuvo prácticamente toda la semana encerrada después de la conversación con su hermano. Pensar en Warren le causaba una pena inmensa, dejándola con ganas de nada.
Se excusó con su padre y Susan diciéndoles que estaba ocupada adelantando materias para su último año — lo cual no era difícil de creer tomando en cuenta lo estudiosa que era ella.
Susan le llevaba comida a su habitación de vez en cuando, pero Aurora apenas tenía apetito.
Nadie tenía que saber que la castaña estuvo todas las noches llorando hasta dormir, pensando en todo el daño que su ex novio le causó.
Ella se sintió patética al ver que aún no lograba superar algo que había sucedido hace meses.
La mansión se encontraba casi vacía. Su hermano mayor estaba de viaje con los Zabini, y Thomas se había ido unos días a casa de su novio.
Sonja le escribió para decirle que en su casa todo estaba bien, y que Nicholas volvería en unos días más de su viaje.
Aurora no podía esperar a que sus amigos la visitaran para subirle el ánimo.
—Linda, tu padre te necesita en su oficina —la voz de Susan hizo que Aurora apartara la vista del libro en sus manos.
Leer era la única cosa que la mantenía cuerda en sus días de soledad.
—Bueno, Susy, dile que estaré en unos minutos ahí —le sonrió a la mujer.
—En la noche me gustaría tomar un té contigo, ¿te parece? —la mujer tenía una sonrisa en los labios.
Aurora asintió, y Susan salió de la habitación, cerrando la puerta. La castaña cerró su libro y lo dejó sobre su mesa de noche.
Se levantó y agarró un suéter, pues la tarde estaba más helada de lo normal.
Salió de su habitación, tomándose su tiempo en llegar hasta la oficina de su padre.
La joven cruzó sus brazos sobre su pecho, caminando por los silenciosos pasillos de su casa y preguntándose por qué su padre la necesitaba.
Al llegar a la escalera, bajó con cuidado hasta llegar al primer piso, y luego caminó hacia el pasillo que llevaba hacia el lugar de trabajo de su padre — o como su padre se refería siempre, su 'cocina' de pociones.
Al llegar a la gran puerta, tocó dos veces, y al cabo de unos segundos, su padre apareció del otro lado con una gran sonrisa en el rostro.
—Mi bella, justo a quién necesitaba —le besó la frente a su hija suavemente y se hizo a un lado, dejándola pasar—. Justo le estaba diciendo al joven Malfoy aquí sobre tus habilidades en pociones.
La cabeza de Aurora giró rápidamente hacia el chico de ojos grises que estaba detrás de la mesa de trabajo, con un caldero encima.
Draco le dio una pequeña sonrisa al momento de verla, la cuál ella devolvió de inmediato inconscientemente.
