Era el verano antes de comenzar la escuela, y Aurora estaba preparándose para entrar a su último año en Hogwarts.
Los planes de tranquilidad y soledad cambian cuando su padre decide que el joven Malfoy se quedará mayor parte del verano en la Man...
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Draco gruñó al sentir un rayo de luz chocar directamente contra su ojo, despertándolo de inmediato. Intentó acomodarse, pero un peso sobre su pecho no se lo permitió.
Sonrió cuando finalmente recordó dónde estaba — acostado junto a Aurora.
Giró con suavidad su rostro, observando la tranquilidad en su rostro.
Su boca estaba ligeramente entreabierta, y su mejilla estaba aplastada contra su pectoral. Su mano estaba en forma de puño reposando sobre su cuerpo, y su pierna estaba por encima de la cintura de él.
Se giró con cuidado, hasta quedar de lado. Ella frunció el ceño ante el repentino movimiento, y él procuró de que su cabeza cayera con delicadeza contra las colchas antes de acomodarse mejor.
Subió su mano a la mejilla de Aurora, acariciándola suavemente, observando a la maravillosa mujer que tenía en frente.
Una sonrisa apareció en sus labios cuando un pequeño ronquido dejó su boca, antes de acurrucarse nuevamente más cerca de Draco.
Estuvo observándola con atención unos cinco minutos, hasta que ella habló, asustándolo.
—Me das miedo —murmuró ella, antes de sonreír, sin abrir los ojos.
—Buenos días —rió él, agarrándole la cintura para apegarla hacia él.
Su dedo pulgar dibujaba pequeños círculos sobre su camisa que tenía puesta, mientras ella comenzaba a pestañear para abrir los ojos, acomodándose a la luz de la habitación.
—Buenos días —respondió ella, tapándose la boca para bostezar— ¿Qué hora es?
Aurora se frotó sus ojos con sus manos, mientras bostezaba una vez más.
Draco bostezó al verla bostezar tantas veces.
Estiró su brazo hacia su mesa de noche, alcanzando su reloj de muñeca y observando la hora.
—Las siete y media —dejó el reloj dónde estaba, y volvió su mirada a Aurora, la cual tenía su mentón apoyado contra su pecho desnudo— ¿Quieres seguir durmiendo?
Ella rio un poco, antes de negar con la cabeza. Draco levantó su mano hacia su cabello, mientras comenzaba a acariciarlo lentamente, para luego bajar a su nuca y rascarla.
Aurora dejó salir un sonido de satisfacción ante esto; un sonrisa en su rostro y sus ojos cerrados dejaron ver lo relajada que estaba.
—¿Quieres tomar un baño? —susurró él— Yo creo que nos vamos de acá a las 3 o 4, ¿qué piensas?
—Mhmm—murmuró asintiendo, aún relajada por el "masaje" que el platinado le estaba haciendo.
Él rio, sin dejar de rascar, disfrutando de la sonrisa de la chica.
