Era el verano antes de comenzar la escuela, y Aurora estaba preparándose para entrar a su último año en Hogwarts.
Los planes de tranquilidad y soledad cambian cuando su padre decide que el joven Malfoy se quedará mayor parte del verano en la Man...
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—Hey, en el desayuno llegó tu lechuza pero no estabas, toma.
Sonja entró al dormitorio y le entregó la carta a su amiga distraídamente. La pelirrosa se dejó caer sobre uno de los sillones y se dispuso a leer un libro.
Aurora abrió con cuidado la carta, la cual era de su padre.
"Pequeña:
Espero que todo vaya excelente con tus clases; estoy dolido pues no he recibido carta alguna desde que llegaste, pero supongo que debe tener una buena explicación.
Susan manda estos dulces para ti; y quiere que le des este té a Draco. Espero le esté yendo bien en sus clases, estoy seguro de que tu presencia ahí lo ayudó a adecuarse mucho mejor, mándale mis saludos.
Te amo mi pequeña, por favor escríbeme de vuelta.
Papá."
Aurora suspiró, y se maldijo a ella misma por olvidar escribirle a su padre y a Susan.
Ella solía escribirles mínimo tres veces a la semana — pero entre Warren y Draco, su cabeza había estado por todas partes.
—¿Todo bien? —preguntó Sonja, dejando de lado su libro un segundo.
Aurora la miró, con una expresión pensativa.
—Tengo que contarte algo —le dijo seriamente.
Su amiga frunció el ceño, y se enderezó para darle toda su atención.
—Soy todo oídos —dijo ella, ahora curiosa por saber lo que le iba a decir.
—Bueno- yo- ugh. Esto es complicado. Bueno, lo diré, Draco y yo cogimos. Espera - no, ¡así no era!
Aurora abrió los ojos al escuchar lo que acababa de decir. Realmente era pésima expresándose, pero toda la preocupación se fue de ella al ver la expresión entretenida de Sonja.
—¿Qué?
—Aurora, te conozco hace mucho tiempo, tenía sospechas. Malfoy te come con la mirada cada vez que te ve, Merlín. —se acercó a ella, dándole un pequeño golpe en el brazo.
—¿Por qué no dijiste nada? —preguntó la castaña, con una expresión confundida en su rostro.
—Te demoraste un mes en contarme que te gustaba Warren, es obvio que no me dirías —rodó los ojos—. En fin, ¿desde cuando está pasando esto?
Aurora comenzó a contarle todo — desde su encuentro en la biblioteca hasta lo que había sucedido en ese lugar la noche anterior.
—La Sala de Menesteres —susurró Sonja.
—¿Qué? —preguntó Aurora confundida.
—Ahí te llevó, la Sala de Menesteres —dijo en voz más alta— ¿No leíste "Hogwarts: una historia"?
