Capitulo 3 Empatia

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Los días pasaron uno a uno, día y noche Lune no diferenciaba, trabajaba de 24x 24 horas diarias, la oficina de Aiacos se había vuelto en su refugio para evitar pensar que su esposo lo sacó sin más de su vida.

Para Aiacos había sido complicado adaptarse a su nuevo compañero, ya que prácticamente no hablaba, solo hacía contestaciones monosilábicas "mn" "ah" era todo lo que obtenía de él. Sin mencionar que su ritmo de trabajo era absolutamente inhumano, al grado de sentirse él mismo como un vago.

Pensó qué tal vez, esa conducta era derivada a las largas rutinas de trabajo que había llevado con Minos, también pensó que solo lo hacía por impresionarlo o quizás solo estaba loco de remate.

Pero aquellas ideas se desmoronaron cuando se dio cuenta que no solo no le hablaba, si no que ni siquiera le dirigía la mirada, no convivía con nadie, ni siquiera probaba agua o cama para dormir. Le había dado un vaso de whisky, el cual aún seguía ahí, en el escritorio sin ser tocado. También le dio una habitación, la cual no había sido visitada. Le ordeno irse a cambiarse de ropa varías veces a lo cual no hizo caso, desde que llegó, los hábitos de higiene y cuidado personal, habían desaparecido.

Lune se había convertido en una máquina de trabajo.

El ángel del inframundo, había muerto y su asesino era Minos.

Lo que se hallaba en ese escritorio, era un pobre vestigio del hombre orgulloso, altivo y atractivo que un día fue.

Aiacos, no quiso soportar más aquello, pues honestamente, comienza a oler mal, no solo por el sudor, sino también por la sangre de sus víctimas de juzgado, que yacían en su toga de juez, sus manos, su látigo, rostro y cabello.

Y aunque no lo aceptaba del todo, comenzaba a preocuparse por él, aquel estado simplemente no era normal, aún para un espectro, que no requerían de comer o dormir para vivir.

Se dirigió al albino y parándose frente al escritorio cruzó los brazos, frunció el ceño, aclaró su garganta para ser notado.

- Mn - contestó Lune sin verlo y sin quitar la mirada del escrito que realizaba-

- Véte a cambiar de ropa - ordenó el juez de Antenora-

- ... - Pero Lune no contestó y siguió escribiendo-

- No es una sugerencia, es una orden - usó un tono de voz más severo que el anterior -

- ... - Pero Lune parecían no oírlo-

- ¡Es una orden,  Lune! - alzo la voz, sin gritar, con un tono rígido digno de un juez del inframundo-

- ... - Pero Lune no dejaba de escribir, era como una máquina que trabajaba sin parar, ausente de todo lo que le rodeaba -

-Agh, ya me canse de esto - replicó molesto. Rodeo el escritorio, le quito la pluma, el tintero, el libro y lo dejó aún lado, lo tomó del brazo y lo jalo hacia la salida de la oficina-

-Oye  - contestó atónito el albino-

- Ahora si hablas ¿No? No me importa, tienes que irte a cambiar de ropa y darte una ducha, apestas la oficina - salió arrastrando a Lune de la oficina y entre jaloneos lo llevo a la salida de la prision-  mírate nada más, eres un desastre, estás lleno de sudor y sangre,  no me importa si no te importa tu apariencia, pero no le puedes darle mal aspecto a mi prisión. Bajo mi mando, todos mis hombres y mujeres están pulcros, tú no serás la excepción- lo pateo y callo por las escaleras- Y no vuelvas hasta haberte bañado y cambiado de ropa - dio medio vuelta y regreso -

- Ah - replicó Lune, se puso de pie y sacudió su toga, al ser un espectro ni siquiera le había dolido la patada o la caída-

Sin más opciones que irse a cambiar, comenzó su tortuoso camino hacia su antiguo hogar, la primera prisión. Entre pasos iba rogando a su señor Hades, que Minos no estuviera ahí, que hubiera salido, o que si no era ese el caso, que al menos no estuviera en la habitación que solían compartir, se prometió a él mismo que simplemente tomaría su ropa, algunas pertenencias y saldría como alma que lleva el diablo. Regresaría a su nuevo hogar, se iría a su habitación y tomaría esa ducha que Aiacos le exigía. Mantuvo su mente ocupada entre la lista que cosas que tomaría, el tiempo que haría en llegar a la habitación, el tiempo que tomaría en empacar todo y el tiempo que le tomaría salir ileso del palacio de juicio, 10 minutos, eso calculo que tomaría la entra y la salida.

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