Capitulo 16 Desde hace mas de un año parte I

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- Thanathos, no te permito que hables así de la princesa - le dirigió una mirada seria al dios de la muerte, pues el dios Hades era sumamente sensible cuando se trataba de su gemela-

- Pero mi señor Hades, la princesa conspiró la  paz junto con Minos y el caballero del santuario, lo están engañando mi señor, ¡Lo sé! ¡Estoy seguir de ello! - alzó la voz, cosa que no le agradó al hijo mayor de cronos-

- Baja la voz, no me hables como si fuera idiota, se exactamente lo qué pasa - puso la taza de té que sostenía en la mano de vuelta en la mesa.

- ¿Que? - aquella respuesta lo  sorprendió-

- ¿Crees que soy idiota? Yo sé lo que conspira esa cabrona, lo sé, es mi gemela y la conozco como la palma de mi mano. Se que está orquestado esta paz, porque no quiere interponerse entre athena y yo. Se que no quiere decidir entre su trabajo y yo. Ella es la diosa de la destrucción, su trabajo es mantener el equilibrio entre las cosas que existen y las que no deben existir. Los humanos deben existir ... por ahora al menos, solo les da tiempo, y me da a mi una razón para no atacar, yo sé lo que hace, porque tenemos un vínculo donde sentimos lo que el otro siente.

- ... ¿Dejará todo porque ella así lo quiere? - cuestionó integrado Thanathos -

- Si, a ella le daría cualquier cosa que desee ... jure protegerla de todos y de todo, jure que nadie más la volvería a lastimaría... tendrán que pasar sobre mi antes y eso es imposible. Además si athena no cumple, Hades tendrá que hacer su parte y estaré de acuerdo en ayudarle con su labor, será un agradable ejercicio entre gemelos. Como sea, yo salgo ganando -tomo de vuelta su taza de té, mientras veía su propia creación, los elíseos. Al mismo tiempo que su mente se perdía en el pasado- ella es mi tesoro.

Soltó esas palabras al aire mientras eran escuchadas por el dios de la muerte y comprendió entonces, que sin importar lo que él dijera, su señor estaría de acuerdo con su gemela, y solo debía aguardar a que la estupidez humana los condenara de forma definitiva, y por supuesto que él estaría ahí para su señor. Después de todo 200 años no son nada para los dioses.

Las cosas siguieron tal cual el plan de la princesa así lo estipulaba. Poco después de su rompiento, Minos y Afrodita tenían que hacerse cargo de sus propios problemas, Hades - la princesa- agradeció ampliamente su ayuda y prometió a Minos cumplir su palabra hasta el final. La situación para él, era muy clara a decir verdad, recuperar a Lune.

Aún estaban casados, pues nunca se devolvieron anillos ni fueron a firmar papeles, nada. Ni Minos ni Lune querían pensar en el divorcio, pensaron que después de eso, no había marcha atrás. Ambos mantenían las ilusiones de que un día sus labios se volvieran a unir.

Pero el año hizo que dichas palabras fueran perdiendo efecto día a día, hora tras hora en la cabeza de Lune, cada día qué pasó sin su esposo a lado era una confirmación de que su amor, nunca existió, igual que no existe el oxígeno en el espacio. Y se sintió así, como esa sirena que con su canto y su belleza atrae ante ella a su víctima, para luego devorarla y tirarla. Así se sintió él, sintió que hizo de Minos su víctima, aún que a decir verdad, él era más víctima de Minos, que Minos de él.

¿Qué más había que decir? En la cabeza de Lune y su propio corazón, todo estaba perdido. Así que ¿Por no intentar algo con Shura?

A pesar de los obstáculos que la princesa puso entre ambos, dichos obstáculos no siempre funcionaban. La princesa le daba trabajo extra a Lune o lo usaba como su mandadero, pero aveces dichas misiones eran acompañadas por Shura. Se quedaba de noche en el juzgado con él, acomodando papeles aunque su ayuda se limitaba únicamente a ser el pasadero del Balgor. Increíble o no, Lune dejo de pelear con su presencia, al menos lo distraía un poco de Minos.  Incluso comenzó a pensar que su compañía era agradable.

Sacrificio Where stories live. Discover now