Capitulo 15 La paz segura sin nosotros III

122 13 18
                                    

- No necesito a nadie que venga a preocuparse por mi ridiculo esposo - se acercó a Shura de forma intimidante-

- ¡Yo no soy tu esposo! - lo tomó del brazo y lo volteó para que lo viera- deje de ser tu ridiculo esposo desde el momento en el que me embarraste en la cara a ese ... que honestamente me hace sentir como un indigente sin dientes-  lo ojos se le nublaron, igual que se nublan los anteojos en una lluvia, su voz quebrada hizo eco en su honestidad- ... en ese momento deje de ser ... tu ridiculo esposo ...

- ¿Así que, vas a salir con este ridiculo caballero?

- Si salgo con el ridiculo caballero o no, ese es mi problema ¡No te matas es mi vida!

- ¡Me meteré en tu vida por que eres mi esposo!

- ¿A que viene este ridiculo argumento? Cuando fuiste tú el que me saco de su vida igual que sacar un saco de basura, así, así de fácil ...

- Tu eres mi esposo te guste o no - se soltó de su agarre para acto seguido sujetarlo de cintura y de forma brusca y jalarlo hacia el, haciendo que sus caderas chocaran- y no, no le puedes dar la oportunidad a nadie... a nadie - roso sus labios con los de él-

Cerró lo ojos, espero ese beso, beso que nunca llego porque todo aquello solo era un producto de su imaginación, pues el verdadero Minos, se limitó únicamente a golpear con su hombro a Shura mientras salía de la oficina, sujetando su Nariz que aún sangraba un poco.

Envuelto en decepción, Lune se limitó a ver a otro parte, arrugó el gesto para contener las lágrimas, las emociones que venían con ese acto; pues en meses anteriores, ese hecho hubiera sido más que suficiente para provocar los celos de su esposo, para que lo tomara de su cadera y lo juntara a la propia y con un beso demandante le huebra hecho entender que solo un hombre podía cortejarlo, y ese hombre era él, Minos de Griffo.

Pero al ver su reacción, llegó a él una sensación de incapacidad, él, Lune, el ángel del inframundo, era incapaz de crear celos en Minos, ni siquiera con la búsqueda de otro, de un prentendiente.

Quizás después de todo, no era hermoso, no era espacial, no era atractivo, no era indispensable, no era suficiente para Minos.

Estas ideas golpearon a su autoestima, misma que durante años había estado bien cimentada, forjada en la autoconfianza y la autovaloración. Pero la indiferencia de Minos  la quebraron igual de fácil que sé quebraba un vidrio con un rayo.

- ... - Toco su rostro y comenzó a golpearse, jalarse el cabello y gritar por la desesperación y shock emocial al darse cuenta de que no era hermoso y sentirse por primera vez en toda su vida feo- ¡Ah!

- ¡Lune! - se almo al verlo y lo sujeto de sus manos para evitar que se hiciera daño

- ¡Suéltame! ¡Suéltame! ¡No me veas! ¡Soy feo! - forcejeó mientras intentaba ocultar su rostro- ¡Déjame! - gritaba entre llantos de desesperación y pánico- ¡Soy feo!

- No eres feo - lo sujetaba de la mejor forma que podía para no lastimarlo-

- ¡Soy feo! No me veas!

- No eres feo - insistio-

- ¡Soy horrible! - contestó entre llantos de desperacion -

- No eres feo

- ¡Lo soy! ¡Soy feo!

- No - lo soltó de los brazos y tomó del rostro para besarlo, ese acto paró la conducta errática del otro igual que sus pensamientos -

El albino no supo que hacer y presa del momento simplemente se quedó estático.

¿Que pasaba si le correspondía su beso? ¿Que pasaba si simplemente se dejaba llevar por él?

Sacrificio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora