Capitulo 20 Desde hace mas de un año. Parte V

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Los pasos retumbaron entre las paredes y los pasillos de su prision vacía, donde solo reinaba el silencio, peleado con el frío para ver quién era más presente.

Su andar era lento y doloroso, tenía que adimitir que el título de juez que ostentaba Aiacos eran bien ganado, no había duda que era fuerte, y eso se lo recordaba sus costillas pues con el más mínimo movimiento brusco le dolían.

Llegó a su habitación y con duras penas abrió la puerta, la cerró ayudándose de los hilos de la marioneta cósmica.  Se dirijo al sofá  y se sentó, cerró los ojos pensando que al día siguiente buscaría ayuda para su lastimado cuerpo.

Se quizo perder entre el silencio y el frío de la habitación, dejar de pensar era su cometido y lo fue hasta que escuchó como alguien intentaba abrir la puerta, forzando la cerradura con un truco de esos, que se aprenden con ayuda de un alambre o quizás un pasador femenino.
Tuvo curiosidad de ver de quien se trataba, quien tenía en valor suficiente como para interrumpir en la habitación de un juez en medio de le madrugada.

Se creyó en un sueño cuando la imagen de Lune llegó a sus ojos, pellizco su brazo para determinar si eso que veía era real o simplemente otro de sus eróticos sueños, donde Lune entraba a su habitación, cerraba con candado y entre las tenues luces de las lámparas se desvestía para él con movimientos sensuales y palabras de amor que denotaban cuanto lo amaba. Aquello siempre se detenía cuando estaba apunto de tomarlo como suyo. Sin embargo ese momento fue diferente porque el pellizco y su dolor le hizo entender que el momento era real ¿Es que acaso su sueño se hará realidad?

- Oh ... estás despierto- entero y cerró la puerta- lo siento señor Minos, pensé que estaba dormido.

- ¿Y que si no lo estoy? - contestó como pudo. Lo vio con más detenimiento y con la poca luz de las lámparas, notó su bata y cabello recogido. Por su mente viajó el recuerdo, cuando en esa vida fue enviado a buscar a su teniente, un joven médico noruego llamado Lune Arnensen. Sorpresa que se llevó cuando en la ventana del noveno piso del hospital estatal, vio a semejante médico, espectacularmente bello y ese uniforme quirúrgico con bata encima que solo hacía debutar más su belleza, y claro, esa coleta alta que le daba ese toque sensual, de inmediato lo cautivó, como el canto de una sirena cautiva y embrujada a un marinero-

- ... - No supo que contestar, aquella situación estaba fuera de sus planes, creyó al juez inconsistente y siendo así, podría curarlo mientras dormía, si comenzaba a despertar, le inyectaría el poderoso sedante que llevaba en la jeringa y así dejar su presencia como solo un sueño-

- ¿A que has venido? - dirigió su mirada a otra parte de la habitación donde  su amor perdido no estaba -

- ... Vine a curarte ... por órdenes del señor Hades, por su puesto, no es que yo quiera verte - mintió -

- ... - Medio sonrió ante aquella mentira que encontró divertida, pues el señor Hades había estado con él hace poco y no le mencionó nada- y qué pasa si...

- ¿Si, que? - replicó -

- Si te digo que sé que es mentira, porque yo acabo de estar con el señor Hades y no me dijo nada.

- ... - Su plan había fracasado, se notó su nerviosismo y simplemente regresó a abrir la puerta-

- No te vayas -se intento poner de pie, pero las costillas rotas se lo impidan- ay

- No te muevas - era inevitable que la preocupación no saliera en esa frase, al igual que regresó su mirada y se acercara a él con pasos llenos de necesidad de curarlo- déjame revisarte.

- Conmovido con eso, solo logró asentir- si

Lo revisó de forma muy superficial, pues el sillón donde estaba no le permitía maniobrar como era debido, pero si pudo notar que las heridas eran considerables.

Sacrificio Where stories live. Discover now