Capitulo 12 Di que no

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- Me llamó Lune Ar... Lune de Balgor - se corrigió al presentarse ante su superior por primera vez, era imposible no equivocarse en decir su nueva y verdadera identidad, abandonando para siempre el nombre de la poderosa familia humana a la que una vez perteneció- estrella celeste de la excelencia - prosiguió-

Minos dirigió su mirada al nuevo espectro, no podía verlo del todo ya que su rostro era cubierto por la máscara de casco.

- Quítate el casco, Lune de Balgor- ordenó el juez-

- ... - No lo dudo ni un segundo cuando se quito el casco y dejo ver su rostro, hermoso y angelical-

- ... - Quedó estupefacto al ver ese bello rostro al ser descubierto acompañado de una melena sedosa y brillante. Su corazón comenzó a latir muy rápido y sintió que se ruborizó, había algo en ese nuevo joven que comenzó a cautivarlo de inmediato, lo cual atribuyó únicamente a esa carita de ángel que poseía-

- ... - Pero Lune no siento nada al ver por primera vez a Minos, para él era como ver a cualquier otra persona. Esperó indicaciones-

- ... Ven con migo, Lune de Balgor, te daré tus actividades y deberes - se puso de pie y salió del escritorio donde estaba para tomar lugar al frente de él-

- Si - abandonó su posición de rodillas y vio a la cara a su nuevo jefe- Estoy al servicio del señor Hades.

Salieron del juzgado, entre los pasos silenciosos que daban, Minos comenzaba a sentir algo en el estómago que a pasar de ser anormal, no lo calificó como algo desagradable si no todo lo contrario.

Es increíble como el pasar del tiempo, puede modificar tanto la relación de las personas, con su ayuda pudo hacer que de ese par que caminaba por los pasillos de la primera prisión surgiera un amor inimaginable, que no conoce límites.

Ese recuerdo entre sueños hizo que el albino se moviera en la cama provocando su caída y regresandolo a la realidad.

- Auch  - se sobo donde se había pegado y talló sus ojos-

Por un momento no supo quién era ni donde estaba, sus sentidos eran ocupados por la intromitente  luz que molestaba el lucero del espectro, se sentó e intentó incorporarse al presente, una vez que sus sentidos estaban despiertos notó que no conocía ese lugar y que era absolutamente molesto el exceso de dia y de ruidos, haciendo que su cabeza retumbara cual tambor  de festival, se puso de pie se colocó el calzado, tomó su corbata y sacó, se dispuso a huir de ahi. Sabía que sólo tenía una resaca ya que así lo indicaba el sabor que se hayaba en su boca y el hecho que había amanecido con la ropa puesta, le dio tranquilidad. Quiso dejarle una nota de agradecimiento a su anfitrión pero no encontró nada con que hacerlo, así que supuso que era tarea para otro momento. Abrió la puerta y salió de ahí.

Se topó entonces con con un pasillo lleno de luz y con acabados dignos de una construcción griega, el pasillo dirigió a una puerta que abrió sin pensar, suponiendo que esa sería la salida, sin embargo lo que encontró ahí, en su lugar encontró a su anfitrión y compañía.

- ... (Mierda) - pensó, al mismo tiempo que se escuchó el caer del tenedor del Camus, quien acompañaba a Shura en el desayuno, completamente absorto no pudo fingir demencia-

-  Buenos días, Lune - Shura bajo la taza de café - veo que te haz despertado.

- ... Buenos días... - contestó con su tono frío y sin mirar a ninguno de los dos, no por ser descortés si no por pena, disimulada  en grosería-

- No es lo que parece, Camus, no pienses mal - explicó rápidamente el de Capricornio para evitar malos entendidos -

- ... - Camus no contestó, solo dirigió su mirada a otra parte, fingiendo demencia, llevando su tenedor a la boca-

Sacrificio Where stories live. Discover now