Juntos por la razón equivocada (Taehyuck).

Fin de semana.

-Vamos Markie, es una gran oportunidad- el moreno trataba de convencer a su amigo de participar para ganar un teléfono nuevo.

-¿Para qué?, este fin de semana iremos a comprar el mío- se mostraba desinteresado con el cártel de la pequeña olimpiada de conocimiento que se estaba organizando en la escuela.

-Pero éste es de última generación, tendrías que ahorrar un año completo para poder siquiera reunir el primer pago- dijo su amigo que buscaba un bolígrafo.

-Está bien- accedió y tomó el objeto de tinta de su amigo para escribir su nombre en el apartado de inscripciones.

Después de su horario escolar acudieron al auditorio, lugar donde se llevaría a cabo la competencia. Así entre eliminaciones súbitas, el amigo de Donghyuck figuró como finalista junto con otra chica. La prueba final para definir al ganador, consistía en la resolución de una ecuación diferencial. Sólo se les dio 5 minutos, y con la alarma de termino, ambos estudiantes mostraron su resultado. Por un signo matemático incorrecto en la respuesta de su oponente, Mark había ganado.

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-Si, Johnny- tomó la llamada Sungchan, el jefe de Gestión Escolar del colegio donde estudiaba Mark y Donghyuck.

-Gracias- contestaba el estadounidense del otro lado de la línea.

-No es nada, por lo viejos tiempos, pero ¿cómo estabas tan seguro que el ganaría e incluso que participaría?- se mostraba curioso el informante de la vida escolar de Mark.

-No resistiría en poner a prueba sus conocimientos, y en la competencia si se equivocaba, pues no se cuántos celulares hubiera tenido que regalar- explicaba el mayor.

-Entiendo, todos somos ganadores por participar- sonreía.

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El menor se despedía de sus vecinos, había sido invitado a cenar. Al aproximarse a la puerta, vió al pelirrojo recargado en el umbral con un semblante bastante serio. Aún cuando el pacto de privacidad lo protegía, no pudo evitar intimidarse un poco.

-Buenas noches- saludó y entró a la casa. Se dirigía a su habitación pero la voz de su tutor hizo que se parara en seco.

-Donghyuck ¿podemos salir este fin de semana?- apenas pudo enunciar Taeil.

-¿Nosotros?- esa propuesta lo confundía mucho.

-Si, podemos ir al Bosque Nacional, acampar, hacer ese tipo de cosas- cerró la puerta y se aproximó al menor.

-No creo que sea prudente, recuerde, nos evitaremos lo más que se pueda- respondió para escapar lo mas rápido posible pero el pelirrojo lo tomó del brazo.

-Por favor, debes admitir que en estos días la convivencia no ha sido tan mala, yo hice lo que tú me pediste y tú has conservado una distancia prudente con mi vida personal. No somos desconocidos- insistía con sus argumentos, debía convencerlo.

-Podría arruinarlo todo, no gracias- retiró la mano de Taeil de su brazo.

-¿Acaso estás esperando que te ruegue?, ¿Algún tipo de venganza?, qué infantil- trataba de mostrar algo de orgullo.

-Por supuesto que no, no haría eso, pero quiero conservar esto como ha ido desarrollándose - sonrío y se aproximó a las escaleras.

-Yo evite que fueras problema de tus abuelos por un día- el comentario tensó al moreno -Era más que evidente que no querías estar con ellos- proseguía con su manipulación.

Donghyuck no quería mostrarse desagradecido, aunque fuera bajo cobrar un favor.

-Está bien, así quedaremos a mano- accedió y se retiró de la sala.

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La película era de las favoritas de Yuta pero no era lo suficiente para llamar su atención.

-Amor ¿qué haces?- preguntaba Winwin tras percatarse que su novio tecleaba hábilmente en su computadora.

-Preparo un itinerario de actividades recreativas en el bosque- mostró la página web.

-Sabes que odio las actividades al aire libre- fruncía el ceño.

-Lo sé, no es para nosotros, es para Taeil- sonreía y acariciaba levemente la nariz de su novio.

-¿Taeil? pensé que el único lugar que conocía eran los moteles de lujo- decía irónicamente y tomaba un puño de palomitas.

-También me sorprendió cuando me lo pidió, irá con el pequeño Moon- tan pronto como terminó su declaración, el chino escupió sus palomas.

-¿Qué?, no lo visita en días y ahora lo saca de paseo por un fin de semana, como si se tratara de una mascota- 

-Lo sé, pero aunque no lo creas Taeil ha cambiado, muestra gran interés por Donghyuck, ha leído el expediente y fue sumamente curioso acerca de la vista del hogar del chico-

-Amor, por favor, Taeil no cambiará de la noche a la mañana. Pareciera estar aferrado con la soledad y eso le ha generado un personalidad egoísta, no hay nadie más que él en su mundo-

-Estoy consiente de eso pero no podría juzgarlo tan duramente, sé lo difícil que ha sido su vida- 

-Como sea, no creo que sea una buena idea- reanudaba la película.

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Debía admitir que ese dinero estaba de sobra al no haber comprando su teléfono, había sacrificado comidas pero consideraba innecesario reponer ese aspecto. Donghyuck le había avisado de su salida con su tutor, y a pesar de que en un principio, esa noticia lo alarmó muchísimo, su amigo proporcionó todos los detalles del viaje. 

Lo anterior lo dejaba con dos días solo, se había enterado de una exposición de pintura de edición limitada muy cerca de su residencia. Decidió ir y ocupar el dinero que le había sobrado en algo que no fuera de tipo básico.

Al otro día combinó un atuendo no tan formal pero que no desencajaría con el evento. Ya en el lugar, revisaba cada folleto que le habían proporcionado en la entrada para planear su recorrido. No le importó el tiempo que tardó en admirar cada una de las obras y escuchar a cada uno de los expositores. Pensó que era tiempo de retirarse cuando empezaba la subasta de algunas de las piezas, pero se detuvo un momento cuando escuchó que la primera venta era para su cuadro favorito de la noche, fue amor a primera vista e incluso fantaseo en obtenerla y que fuera la primera de su colección. Rió irónicamente, jamás podría ofrecer un precio competente pero eso no le impidió ver el desenlace de la situación. Para su alivio, las propuestas de los compradores era feroces y eso elevaba el valor monetario de la pieza. Fue hasta que un oferta que triplicaba a la última detuvo el proceso de venta.

-Vendida, a Johnny Suh- el intermediario sentenciaba.

Ese nombre causó estragos en la felicidad de Mark, y todo empeoró cuando pudo verlo agradeciendo los aplausos que se le daban por su generosa compra.

Sin duda alguna, corrió lo más rápido que pudo hacía la salida, siendo inconscientemente grosero con el personal que le ofrecía una pequeña replica de algunas de las obras de la exposición como recuerdo del evento. Quería estar lo más lejos de ese lugar que se había convertido en una pesadilla, al llegar a su hogar estudiantil habilitó cada uno de los seguros de su puerta y tomo un bat que no soltaría durante toda la noche.

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Gracias por leer.